España no puede con Montenegro

La selección española perdió por 66-57 ante la de Montenegro, en la segunda jornada del campeonato de Europa que se celebra en Polonia, pese a la gran actuación de Alba Torrens. La ausencia de Amaya Valdemoro, por una sobrecarga muscular, y la falta de acierto del equipo español, que además flojeó en defensa, fueron las causas de la derrota.

Una salida en tromba de Alba Torrens, que firmó un 0-5 en apenas el primer minuto de juego, dio una falsa imagen de lo que iba a resultar el partido. La selección española intentó imprimir un fuerte ritmo de juego para castigar el teórico poco banquillo de las montenegrinas, con el peligro de perder demasiados balones por imprecisiones, como así ocurrió.

Montenegro, gracias a una buena circulación del balón en ataque, se puso por delante en el marcador, 12-9 (minuto 6), sin que el equipo español supiera atajar en defensa esos problemas. Al final del primer cuarto la diferencia fue de 20-13 para las balcánicas.

No fueron mucho mejor las cosas en el segundo periodo para la selección española. Para colmo de males Sancho Lyttle cometió la tercera personal en el minuto 16, cuando el equipo perdía por 28-22 y un minuto después las montenegrinas alcanzaban la decena de puntos de ventaja (32-22).

En pleno bajón de las españolas surgió la figura de Alba Torrens, que se echó el equipo a las espaldas y con acciones individuales volvió a meter al equipo en el partido, rebajando a la mitad la diferencia, 36-31. La lástima fue un triple en el último segundo de las montenegrinas, que les permitió marcharse al vestuario con una cómoda ventaja, 39-31. La ausencia de Amaya Valdemoro, con una sobrecarga muscular, se estaba dejando notar por sus puntos y, sobre todo, por el carácter que imprime dentro de la pista.

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Tras el paso por vestuarios, el equipo español apretó en defensa con Silvia Domínguez como punta de lanza y con Alba Torrens en plan estrella en ataque. El resultado no se hizo esperar, tras un 0-8, y España recuperó la desventaja y se colocó por delante a los cuatro minutos y medio (41-43). Sin embargo España no aguantó el esfuerzo y Montenegro, con un parcial de 9-0 en los último minutos, volvió a cerrar el tercer cuarto con el marcador en franquicia, 54-47.

El juego en la pintura de las balcánicas superó una y otra vez al de las españolas, que tampoco encontraron otra vía de anotación distinta a la de Torrens. En el último periodo el juego español fue un continuo quiero y no puedo, con las montenegrinas dominando el rebote y el juego en ataque y con las españolas jugando más con el corazón que con la cabeza y fallando claros contraataques por exceso de ganas.