Exámenes más exigentes y un año de prácticas para ser profesor

Un exámen oposición más exigente, con más temario a preparar y sin preguntas tipo test, y un año de prácticas en colegios, al término de las cuales el aspirante tendrá que demostrar ante un tribunal que no sólo domina los conocimientos sino que está capacitado para dar clase. Son las líneas maestras del borrador de acceso a la función docente, elaborado por el Ministerio de Educación, y que sintetiza la propuesta de MIR para profesores, lanzada por Alfredo Pérez Rubalcaba

El borrador, en el que lleva meses trabajando el Ministerio de Educación y al que ha tenido acceso la Cadena Ser, traza un acceso a la función docente más exigente y pegado a la realidad de las aulas, basado en tres fases eliminatorias.

Para empezar, los aspirantes deberán superar un exámen oposición, cuyos contenidos se amplían a 60 temas en Infantil y Primaria y a 80 en Secundaria, y del que se elimina el azar, ya que no habrá preguntas tipo test sino que el opositor tendrá que responder a 10 ó 15 preguntas cortas sobre todo el temario, lo que exigirá un conocimiento más global y completo. Esta primera fase, de carácter eliminatorio, analizará los conocimientos de la especialidad docente a la que se opta y también las capacidades pedagógicas y didácticas del futuro profesor.

Quienes aprueben pasarán a una segunda fase de concurso que valorará con un máximo de 3 puntos tanto el expediente académico como la experiencia docente. El objetivo es que los nuevos licenciados no estén en situación de desventaja con respecto a los interinos.

Un año de prácticas para saber manejarse en el aula

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La última fase, a la que llegarán los alumnos con las mejores puntuaciones, constituye la principal novedad del borrador: un año de prácticas en centros educativos. Los aspirantes dedicarán el 50 por ciento de su tiempo a la actividad docente, dando clases a grupos de alumnos, y el resto del tiempo, supervisados por un tutor, realizarán un plan de prácticas para "empaparse" del funcionamiento completo del centro escolar: desde asistencia a tutorías, rotación por distintos ciclos educativos, o participación en los órganos escolares.

La idea es que esta fase no sea un mero trámite sino realmente eliminatoria de modo que, una vez que el alumno la ha superado, tendrá que demostrar su capacidad ante un tribunal preparando y defendiendo un supuesto práctico, apoyado en un guión o presentación informática. Esta prueba, nuevamente eliminatoria, será valorada de 0 a 10 puntos y será necesario obtener un 5 para aprobarla.

La propuesta es de momento un borrador, y como tal sujeto a posibles cambios, que ya ha sido presentado a los sindicatos de la enseñanza y que en fechas próximas, una vez constituidos y nombrados los diferentes gobiernos autonómicos surgidos tras las recientes elecciones, el ministerio de Educación trasladará a las Comunidades Autónomas. Se abre así un periodo de negociación de cara a lograr el consenso necesario para reformar el acceso a la función docente en España.