Turismo de playa también en las ciudades del interior
Cada vez más ciudades del interior se preparan para el verano con playas artificiales
Disfrutar de un día 'playero' en zonas del interior es, desde hace algunos años, habitual. Muchas ciudades han construido playas para competir con el atractivo turismo de costa.
Desde hace varias décadas, no es raro ver a los pucelanos tirados al sol sobre la arena de la playa de las Moreras, en la orilla izquierda del río Pisuerga. Allí los ciudadanos de Valladolid pueden practicar deportes de agua e incluso celebrar la típica fiesta de San Juan a la orilla del "mar". Esta playa, artificial, hace que la ciudad, en ocasiones, parezca una urbe costera.
En Madrid sí hay playa (vaya, vaya)
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Madrid se ha sumado a las ciudades que quieren acercarse al mar. El proyecto Madrid Río, que ha sumido a la ciudad durante años en una obra faraónica, ha llevado la playa a la ciudad. Se trata de un original recinto, dividido en tres partes, en el que el agua sorprende a los bañistas con distintos efectos, como una lámina superficial, para tumbarse y 'remojarse'; chorros con diferentes alturas y efectos; y nubes de agua pulverizada.
La moda 'playera' en otras ciudades europeas
El invento no sólo está en las ciudades españolas. En pleno corazón de Londres los turistas y trabajadores de la ciudad pueden disfrutar de un momento de 'relax' sobre la playa improvisada a las orillas del río Támesis, aunque bañarse es sólo para los más atrevidos.
También el ayuntamiento de París ha acondicionado varios kilómetros de las orillas del Sena para que millones parisinos y visitantes disfruten de los días de sol.
El cielo azul en los días lluviosos
En invierno o en verano, en el mayor parque acuático del mundo, el 'Seagaia Ocean Dome', en Japón, los bañistas siempre gozarán del cielo azul. Se trata de una playa cubierta en la que la temperatura, también controlada de forma artificial, oscila en torno a los 30º. Las playas en las ciudades del interior e incluso la posibilidad de tapar las playas artificiales con techos demuestran que casi todo es posible, así que este verano quien no se baña es porque no quiere.