La selección 'republicana' inaugura el medallero del baloncesto español

Cuentan las crónicas que la Selección llegó a Ginebra escasas horas antes del primer partido ante Bélgica, que los jugadores españoles disputaron sin haber tenido tiempo ni para comer

Antes de que el baloncesto adquiriera la categoría de deporte olímpico, la FIBA quiso probar su capacidad organizativa y de los equipos celebrando un primer campeonato regional europeo. La sede elegida fue la ciudad suiza de Ginebra, a la que acudieron diez equipos.

Entre los países participantes se encontraba una España que había ganado su pase al campeonato tras vencer en Madrid a Portugal por 33-12. El árbitro del partido fue el entrenador español Mariano Manent, que pasó a la historia como el primer seleccionador nacional de España.

De la mano de Manent, los jugadores españoles viajaron a Ginebra. La expedición estaba formada por Emilio Alonso, Pedro Alonso, Juan Carbonell, Rafael Martín, Armando Maunier, Fernando Muscat, Cayetano Ortega y Rafael Ruano.

Los cronistas de la época cuentan que el equipo español llegó a Suiza por los pelos, a escasas horas del primer encuentro ante Bélgica que los España ganó 25-17. El Mundo Deportivo del 8 de mayo de 1935 indica que los jugadores españoles más altos, como Alonso y Ruano, pasaban por pequeños al lado de los del resto de las selecciones. Más aún Rafael Martín, uno de los de menor talla de España, que incluso "llamaba la atención" por su escasa estatura.

Eso no impidió la victoria ante Bélgica. Ni ante la Checoslovaquia, a la que se derrotó por 21-17. Tomó pronto la iniciativa España, que se adelantó desde el principio en el marcador, aunque su rival logró la igualada al descanso. Sin embargo, los españoles lograron al final una victoria que entusiasmó al público suizo.

Así llegó España a la final ante Letonia. Sorprendida y nerviosa. Y lo pagó muy caro. Fueron precisamente los nervios los que hicieron que los tiros que contra Bélgica y Checoslovaquia eran puntos seguros ahora se salieran del aro. Fue en ese momento cuando, al parecer, los españoles empezaron a pagar el esfuerzo del viaje. El hecho es que, al final, Letonia se impuso por 24-18. Daba igual. Era la primera medalla de plata del baloncesto español.

Además, nuestros representantes dejaron una imagen muy positiva. El Mundo Deportivo recoge las declaraciones del árbitro y del presidente de la FIBA con elogios a los nuestros. El segundo, Léon Bouffard (presidente entre 1932 y 1948), llegó a decir que España fue "la gran revelación" del torneo. "España tiene un formidable equipo que a una técnica verdaderamente depurada une un entusiasmo y una rapidez desconcertante", dijo.