Diario del Tour. Acostumbrados a no perder
Bajando el Galibier, después de la etapa, teníamos todavía el gesto desencajado por algo que no esperábamos, parecido al que se le habrá quedado también a los aficionados que han seguido el Tour desde España. Pero me recordaba Anselmo Fuerte que nos hemos acostumbrado a ganar siempre y, quizás, así sepamos valorar más lo que ha hecho Alberto Contador: ganar las últimas seis grandes vueltas que ha corrido (Tres Tours, dos Giros y una Vuelta). Hubo años, insistía Anselmo, en que celebrábamos por todo lo alto acabar en Francia que una victoria de etapa para los nuestros, o con la clasificación por equipos, o con objetivos que ahora casi damos por supuestos.
Alberto ha cruzado hoy la línea de meta con muchos problemas. Él mismo era consciente de que ha perdido el Tour, que los rivales se han aprovechado de su mal día, la jornada en la que tener un mal día era una sentencia de muerte. Como siempre estaba Jacinto Vilarte (su jefe de prensa, su sombra en las carreras) esperando en la meta para recogerlo y llevarlo a la furgoneta del Saxo Bank. Y, como siempre, Alberto sólo tardó un par de minutos en atender a todos los medios de comunicación que estábamos esperando sus explicaciones. En esos dos minutos recibió el consuelo de su hermano Fran, ya dentro del coche. No sé si intentaría animarlo o, en situaciones así, tampoco hace falta decir mucho. Sólo sé que Contador estuvo igual de accesible que siempre, igual de amable que siempre.
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Por dentro estaría dándole vueltas a la etapa, tendría ganas de mandarnos a todos al carajo... Pero dio la cara, exactamente igual que cuando gana. Felicitó a Andy, reconoció que poco se puede hacer y aceptó la estocada como vino.
Ya habrá más oportunidades. Pero no ha sido un buen día para los españoles, porque Samuel también se nos ha venido abajo. En un par de ocasiones amagó con quedarse atrás y, finalmente, no puedo aguantar. A lo mejor estoy dándolo todo por perdido y mañana nos sorprenden en Alpe d'Huez, quién sabe, pero es poco probable.
Tenía razón Alberto. Los Alpes han sido decisivos. Mañana seguimos por aquí. Nosotros, como el resto de medios españoles, nos hemos adelantado y ya dormimos en Alpe d'Huez para evitar los problemas que supondría subir mañana con la carrera. Es una pequeña ciudad en medio de una inmensa estación de esquí. Parece mentira con las temperaturas que habrá en España, pero hoy dormiremos con el nórdico hasta la cabeza e incluso Íñigo ha pedido una manta extra para los pies. Estamos a 5 grados un 21 de julio. El día que Alberto Contador demostró que también sabe perder, pero que volverá para ganar.