La sobrecarga de actividades extraescolares crea ansiedad y estrés
Los expertos del Observatorio del Juego Infantil recomiendan dosificar las clases extraescolares y dejar más tiempo libre para jugar
Crear al hijo perfecto, y sobreexponerlo a una formación rígida, son los patrones que guían en la actualidad a los padres. La coletilla "yo sólo quiero lo mejor para mis hijos", a veces se confunde con qué es lo que verdaderamente necesitan tus hijos.
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Las posibilidades se multiplican, la versatilidad en la formación es extensa, pero no por eso un hijo tiene que saber francés, inglés, alemán, y además saber tocar el violín y la flauta travesera mientras da toques con el balón. "Hay un mensaje permanente en la sociedad de tratar de ser siempre los mejores, por ejemplo la creación del bachillerato de excelencia, que es bueno intentar mejorar pero se puede convertir en una preocupación excesiva, en una obsesión", ha comentado José Luis Linaza, Catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, y miembro del Observatorio del Juego Infantil.
Con la vuelta al colegio llegan de nuevo las actividades extraescolares. Cada vez son más los adultos que apuntan a sus hijos a estas con la intención de bríndales más oportunidades. Pero la sobrecarga de obligaciones y tareas en la agenda, puede llegar a crearles estrés y ansiedad emocional. Por esta razón, los miembros del Observatorio del Juego Infantil, promovido por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, recomiendan dosificar las clases extraescolares y dejar más tiempo libre para jugar. Quizás el bajar al parque y correr por la calle no te ofrezca un conocimiento cultural como tal, pero el descuidar las relaciones sociales con otros iguales puede privarte de desarrollar una actitud creativa y autónoma. "El jugar con otros igual es la raíz del funcionamiento democrático, es decir, tratar a los demás como iguales a uno mismo es la forma de entender que las reglas sociales, las reglas de los juegos no son más que el producto que el acuerdo entre ellos. Y esa idea de funcionamiento social-democrático es esencial, y no se aprende en la escuela, se aprende practicándolo en interacción con otros iguales", comenta Linaza.
Según un estudio realizado por Juegorama, el porcentaje de niños españoles que juega a la salida del colegio se reduce con la edad, de un 89 por ciento en edades comprendidas entre 3 y 5 años, a un 39 por ciento entre los 11 y 12 años. Inma Marín, miembro del Observatorio del Juego Infantil y Presidenta de la IPA en España, Asociación Internacional que vela por el derecho universal de los niños y niñas a jugar, señala que "bajo una sobrevaloración de las actividades útiles, olvidamos que el juego es la actividad que posibilita la sana digestión de los conocimientos y aprendizajes, así como de las experiencias vividas por los niños. Jugar es una fuente inagotable de placer, alegría y satisfacción, que permite un crecimiento armónico del cuerpo, de la inteligencia, de la afectividad y de la sociabilidad".




