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Quinta huelga del fútbol español

Hay que remontarse al año 1979 para encontrar el primer antecedente.

<i>El País</i> informa sobre la priemera huelga en el fútbol español

Las divergencias entre los distintos estamentos de la Liga de Fútbol Profesional no son nuevas. Casi siempre con los desequilibrios presupuestarios como telón de fondo. La última gran huelga del fútbol español data del año 1984. Otras tres, con diferente grado de acogida, se habían producido años antes.

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Hay que remontarse al año 1979 para que las hemerotecas arrojen la primera gran huelga de fútbol en España. Corría menos de un año desde la creación de la AFE, la Asociación de Futbolistas Profesionales, con apenas 1.700 jugadores afiliados. Una asociación en pañales que comenzaba a afilar sus colmillos. Los futbolistas reclamaban la abolición del derecho de retención, su inclusión en el régimen de la Seguridad Social y la supresión del límite de edad para jugar en Tercera, establecido en 23 años.

El parón duró un día. En ningún campo de Primera ni Segunda división rodó el balón ese domingo. EL PAÍS titulaba: "Se acabaron los privilegios de los clubs". Ya en el texto, afirmaba que los jugadores habían "dado un golpe de fuerza ejemplar jugándose el tipo por los colegas".

En la segunda ocasión, como ha sucedido este año, la huelga se planteó en septiembre, justo al comienzo de la Liga de 1981. La huelga se prolongó durante las dos primeras jornadas. El 6 de septiembre no se jugaron los partidos y el 13 de septiembre, con menos fuerza de convocatoria, fueron disputados por los equipos juveniles. Los jugadores desconvocaron la protesta tras lograr el pago de las deudas y la abolición de la normativa de alinear a un jugador sub-20. Quedaron en el aire, sin embargo, cuestiones como la creación de un fondo de garantía y la participación de los jugadores por medio de porcentajes en los ingresos por publicidad y derechos de televisión.

Arrastrando estos problemas, un año más tarde, en abril de 1982, a falta de tres jornadas para el final de la Liga, la AFE anuncio una nueva huelga apenas secundada. El seguimiento fue tan escaso que fue disuelta al día siguiente. El 16 de abril la AFE y el Comité de Fútbol Profesional alcanzaron un acuerdo.

Volvieron a la salir a la luz los conflictos económicos en 1984, fecha de la última huelga. En esta ocasión, los jugadores querían participar en el reparto de derechos televisivos. El parón duró dos jornadas, la primera el 9 de septiembre, que se jugó con juveniles, y el 16 del mismo mes, sin opciones de alinear a los canteranos por prohibición de Magistratura. Las taquillas no se llegaron a abrir ese día. Los jugadores no se presentaron a los entrenamientos y otros, como los del Logroñés, fueron fueron más lejos y denunciaron a la directiva del club por haberles prohibido la entrada a las instalaciones.

Josep Lluis Núñez adquirió la línea más dura en las negociaciones: "Si aceptáis lo que quiere la AFE, con excesivos profesionales en vuestra categoría, os estáis preparando la fosa para sepultaros", aseguraba entonces. Finalmente, el 18 de septiembre se puso fin a la misma tras un acuerdo entre clubes y futbolistas sobre el cobro de deuda, la participación de los jugadores en las negociaciones sobre derechos de televisión y la modificación de las normas sobre las licencias federativas.

Hubo más intentonas fallidas en años posteriores como en la temporada 97-98 cuando fue detenida a tiempo tras una reunión entre la Federación y los Clubes. La llegada masiva de jugadores extranjeros a raíz de la Ley Bosman marcó su desarrollo. El inicio de la temporada 2007-08 que también estuvo pendiente de un acuerdo entre la patronal y el sindicato, en esta ocasión por la firma de un nuevo convenio colectivo.

La última amenaza de parón no vino de los futbolistas, sino de los propios equipos, que el pasado marzo del 2011 estuvieron a punto de detener la Liga. El motivo, la cruzada por unos ingresos televisivos más equilibrados con el objetivo de impedir la emisión obligatoria de partidos en abierto.