Ni casa, ni educación, ni trabajo, ni patria
En el mundo existen doce millones de apátridas, ciudadanos que carecen de derechos fundamentales porque no son reconocidos legalmente por ningún país
Irónicamente son ciudadanos del mundo. Dramáticamente son ciudadanos de ningún país. Marginados en el mundo desde hace generaciones. Personas sin identidad y, en la mayoría de los casos, sin derechos básicos; no pueden comprar una propiedad, no pueden abrir una cuenta bancaria, no pueden casarse y ni siquiera registrar el nacimiento de sus hijos. Con motivo del 50 aniversario de la aprobación de la Convención sobre Apátridas, la ONU denuncia que actualmente existen en el mundo alrededor de 12 millones de personas que viven en el limbo legal. De los 193 países miembros de la ONU solo 66 han firmado la Convención sobre el Estatus de las Personas Apátridas de 1954.
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Albert Einstein, Marx el propio "Che" Guevara, eligieron por un tiempo su condición de apátridas para renunciar a una nacionalidad. Pero por desgracia en la mayoría de los casos no tener patria no es una opción. Técnicamente, los apátridas no son ciudadanos de ningún país, lo que acarrea dramas humanos, ya que las personas en esta situación carecen en la mayoría de los casos de derechos básicos, como la vivienda, la educación, la sanidad o el acceso al trabajo. Son personas que por lo general no pueden comprar una propiedad, no pueden abrir una cuenta de banco, no pueden casarse y ni siquiera registrar el nacimiento de sus hijos, siendo habituales los largos periodos de confinamiento al no poder demostrar su procedencia. Se trata, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el portugués Antonio Guterres, de algunas de las personas "más marginadas en el mundo", colectivos "que llevan siendo marginados desde hace generaciones, creando un gran estrés en las sociedades en las que viven y siendo fuente, en algunos casos, de conflicto".
¿Por qué existen personas sin nacionalidad?
ACNUR cifra en 12 millones a las personas sin nacionalidad, aunque reconoce que establecer un número exacto es muy difícil por la falta de información fiable y por las distintas definiciones de lo que significa desde un punto de vista legal la condición de apátrida.
El problema de los "sin patria" tuvo su apogeo en el periodo de entreguerras y tras la II Guerra Mundial. Pero las causas más habituales en las últimas décadas, según el responsable de la Unidad de Apátridas de ACNUR, Mark Manly, son la formación de nuevos estados -como el caso reciente de Sudán del Sur-, la transferencia de territorios o el cambio de fronteras. Un ejemplo fue la hecatombe de la década de 1990, cuando la caída del bloque soviético convirtió en apátridas a cientos de miles de ciudadanos de las desaparecidas URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia. Aunque la mayoría de los casos en esa región se resolvieron, no obstante, actualmente miles de gitanos europeos siguen viviendo sin tener un pasaporte.
También las mujeres, como suele ser habitual, son discriminadas por el mero hecho de serlo y en muchos países pierden la nacionalidad si se casan con extranjeros, lo que puede afectar también a sus hijos. ACNUR advierte de que en una treintena de países las leyes sobre nacionalidad siguen discriminando a las mujeres, aunque ha felicitado por los cambios legales acometidos a Egipto (2004), Indonesia (2006), Bangladesh (2009), Kenia (2010) y Túnez (2010) para garantizar que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres.
Renuncias personales
En casos muchos más excepcionales la condición de apátrida puede ocurrir por renuncia, sin adquisición de una nueva nacionalidad, o porque la persona en cuestión nunca la tuvo. Fue algo que afectó durante algún tiempo a 200.000 niños brasileños nacidos en el extranjero, ya que la Constitución exigía que los menores hijos de brasileños nacidos en el extranjero residieran en Brasil para poder obtener la nacionalidad. El problema, que en el caso de Brasil quedó solucionado en 2007, se ha expandido en el caso de los niños que nacen en países que no reconocen el derecho a la nacionalidad únicamente por el nacimiento en su territorio. El problema es especialmente serio en el sudeste asiático, Asia Central, Europa del Este y Oriente Medio, aunque advierte de que el de los apátridas es "un problema que no sabe de fronteras ni de estilos de vida".
Pero el gran problema es la falta de voluntad de los estados, ya que de los 193 países miembros de la ONU solo 66 han firmado la Convención sobre el Estatus de las Personas Apátridas (1954), que establece unos derechos básicos para estas personas, y solo 38 han suscrito la Convención sobre Apátridas que cumple ahora medio siglo.
"Es vergonzoso que millones de personas vivan sin nacionalidad, un derecho humano básico", dijo Guterres, quien lamentó que un problema de esta envergadura pase desapercibido.




