Los 'locos bajitos' remontan un partido que acabó en bronca

El combinado chileno saltó al campo con desparpajo, sabedor de que sus opciones pasaban por impedir que España saliese con el balón jugado desde atrás y frenar a los españoles antes de que encontrasen el juego eléctrico que alzó a este grupo a lo más alto del fútbol mundial

Con una revolucionada alineación, con Negredo de titular y Javi Martínez ejerciendo de central, los resutaldo no comenzaban siendo buenos para Del Bosque que veía como era Chile quien se adueñaba del balón y gozaba de las primeras ocasiones. Tan solo cuando Xavi comenzó a entrar en contacto con el cuero fue cuando el partido se calmó y la 'Roja' comenzó a hacer el fútbol que ha caracterizado a este grupo.

No obstante, Mauricio Isla demostró que no iba a ser un partido fácil. Con un golazo desde el pico del área, el chileno dejó claro que el guión previsto para la ocasión nada tendría que ver con la realidad, con una España que no alcanzaba a combinar con la fluidez de otras noches y con los pupilos de Borghi construyendo un gran fútbol. Silva respondió al primer zarpazo rival con un disparo desde dentro del área que atajo Bravo. Para entonces Chile ya se había replegado en su campo para no reducir al máximo el espacio de imaginación de Xavi y Silva que no alcanzaban a conectar con un Negredo, que, aunque muy atrevido, no consiguió ver puerta.

Algo que sí encontró Vargas, que en el minuto 20, después de colarse entre los centrales españoles, se plantó delante de Casillas que no pudo hacer nada para impedir que el chileno le driblase y marcase a puerta vacía. Y es que, el combinado latinoamericano no solo impedía que los de Del Bosque mostrasen su juego, sino que además trenzaban jugadas de tal forma que ambos conjuntos parecían haberse intercambiado los papeles. Y al contrario de lo que cabría presagiar, era Casillas quien salvaba los muebles con una gran intervención que evitó que el marcador del AFG Arena St. Gallen reflejase un resultado cuanto menos preocupante.

En la segunda mitad el guión cambió. Saltó al campo Andrés Iniesta en lugar de Xabi Alonso, Pedro entró para ocupar la posición de Villa y Reina sería quien defendiese la portería española. Una portería de la que se alejó el peligro porque España se hizo con los mandos del partido con el de Fuentealbilla orquestando un festival de fútbol que dio sus frutos cuando el manchego, tras controlar el balón en la frontal del área, lanzó un disparo cruzado que no alcanzó a despejar Bravo.

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El jugador del Barça imprimió otra velocidad a la Selección que comenzó a encontrar su fútbol. Más aun cuando la magia que alberga en sus botas Iniesta entró de nuevo en escena en el minuto 70 para poner un pase genial al recién incorporado Cesc Fàbregas, que ante Bravo no dudó para mandar poner el empate en el marcador. Por desgracia, como ultimamente suele pasar en el fútbol, el juego sucio reemplaza al buen fútbol y los que consiguen imponerse con el balón comienzan frenar con dureza las acciones del adversario. Una alternativa por la que se decantaron los chilenos que rebasaron la legalidad cuando Contreras vio la cartulina roja por una entrada sin sentido a Santi Cazorla.

Ya en el tiempo de descuento, el colegiado Jerome Laperriere señaló un penalti en el tiempo de descuento, que Cesc Fàbregas no acertó a marcar a la primera pero sí a la segunda, dando la vuelta a un partido en el que se vuelve a demostrar que los 'locos bajitos' ven el fútbol en otra dimensión. En una esfera a la que, al parecer, no alcanzan a llegar los algunos jugadores como el chileno Vidal que enrabietado pateó a Iniesta cuando este consiguió driblarle con maestria. Una acción que desembocó en la 'tangana' con la que se puso un triste punto y final al partido.