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Los rusos patinan en su debut

En el empantanado terreno de juego del estadio Taranaki de New Plymouth, los osos rusos no pudieron estrenarse con victoria en un Mundial y cayeron por 13-6 ante la selección de Estados Unidos

La selección estadounidense, lejos de la parte alta del torneo, con un planteamiento muy serio tanto en ataque como en defensa, demostró que la Copa del Mundo en territorio neozelandés aún puede deparar alguna que otra sorpresa

Con una lluvia meramente presencial en Plymouth, Rusia salió en tromba para tratar de imponer un ritmo vertiginoso desde el segundo uno. Los osos parecían jugar en casa lo que les llevó a plantarse en zona de veintidós norteamericana en los primeros compases del partido.

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Incluso llegaron a adelantarse en el marcador con un golpe a palos del apertura Yuru Kushnarev. Pero la presión de los jugadores comandados por Nikolay Nerush resultó efímera y pronto vieron como, al igual que la lluvia, arreciaba el empuje del séptimo de caballería norteamericano que, comandado por un gran Todd Clever, se hacía con todas las fases del juego.

Con grandes jugadas trenzadas, con apoyos perfectos y pases a la mano precisos, los pupilos del irlandés O'Sullivan se hicieron con el control total del juego para acabar plasmando su superioridad en el minuto 19 con el ensayo de su medio melé Mike Petri.

A partir de ese momento, el juego se concentró en la veintidós rusa con una presión fantástica de las águilas norteamericanas que, de no ser por la gran actuación defensiva de los rusos, habría terminado en la suma de un bonus point al casillero estadounidense. No obstante, la buena actuación defensiva de los osos se vio enturbiada en todo momento por la imprecisión en el juego de manos y por el mal partido de su número diez, Yury Kushnarev, que no andaba fino con el pie.

Todo ello, sumado a la desastrosa estadística cosechada por la delantera rusa en las melés (7/2) y en los line-outs (perdieron todos los que sacaron), concedió si cabe mayor margen al gran trabajo de los norteamericanos que tanto en el pick and go de su delantera como en las carreras de sus rápidos tres cuartos (donde destacó la actuación del incisivo ala de Biarritz, Takudzwa Ngwenya) acabaron con las opciones de la selección rusa que tan solo en el último tramo del partido volvió a dar señales de vida. Así, visto lo visto el domingo ante Irlanda y este jueves frente a Rusia, las águilas norteamericanas parecen dispuestas a volar muy alto por tierras neozelandesas.

 
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