Brian Clough, el Mourinho del siglo XX

Brian Clough era uno de esos tipos con los que, cada cierto tiempo, el fútbol no premia. Un tipo que hizo campeones de todo al Derby Country y al Nottingham Forest tras cogerlos en Segunda. Tan buen entrenador como excéntrico. Podríamos definirlo como el Mourinho de los años setenta, amado y odiado a partes iguales, Clough tenía esa peculiar cualidad de ser incapaz de dejar indiferente a nadie

En su etapa en el Derby Country, el extraño Brian Clough hizo fichajes a espaldas del presidente, las deudas contraídas por los fichajes 'secretos' del entrenador provocaron la expulsión del Derby de las competiciones europeas durante una temporada. A pesar de eso, cuando el presidente se cansó de Clough la afición creó una plataforma para la vuelta del extravagante entrenador. Una afición a la que, meses antes, había tachado de "vergonzosa" por cantar solo cuando el equipo ganaba.

Tras acabar su periplo en el Derby marchó al Leeds United, equipo ganador en aquellos años. Su primera frase nada más llegar al vestuario dejaba muy claro el carácter de Clough: "Hasta donde yo sé, podéis tirar todas esos trofeos que habéis ganado estos años a la basura, las ganasteis todas robando". En solo 44 días -lo que tardaron en despedirle- fue capaz de poner patas arriba el club. Al despedirse Clough aseguró que "era un día espantoso... para el Leeds United".

Llegó al Nottingham Forest, un club de Segunda División y que en solo cinco años ya era campeón de Liga, Copa de la Liga y de la Copa de Europa. Durante esos cinco años Clough tuvo tiempo para llamar feo a un jugador: "John Robertson era un joven realmente muy poco atractivo. Si un día me encontraba un poco mal, me sentaba al lado suyo. Parecía el maldito Errol Flynn comparado con él", y tiempo para autoproclamarse el mejor entrenador del mundo: "No digo yo que fuera el mejor entrenador, pero siempre ocupé el primer puesto en la clasificación", algo que reconoció que fue "el peor error de su vida" porque aunque fuera verdad eso le obligaba a aguantar demasiada presión.

"Si Dios hubiera querido que jugáramos al fútbol en el cielo, le habría puesto césped"

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Con esa frase definió su filosofía futbolística el bueno de Brian Clough, un entrenador de los que escasean, un genio dentro del campo por sus logros y un genio fuera por su peculiar visión del fútbol, del manejo de un vestuario y de la vida en general.

Hoy hace exactamente siete años que murió por un cáncer de estómago, antes de irse Brian hizo honor al refrán popular de 'genio y figura hasta la sepultura', cuando le preguntaron cómo quería ser recordado Clough fue fiel al estilo que tanto éxito le había dado: "No quiero epitafios de frases profundas ni nada de ese rollo. He aportado algo. Espero que eso sea lo que digan de mí, y ojalá le haya gustado a alguien".