Diego Alves y Soldado mantienen vivo al Valencia en la 'Champions'

La 'Champions' volvía a Mestalla con sensaciones similares a las de los últimos años: la de que aún habiendo vendido a sus mejores jugadores, el bloque había vuelto a embarcar al equipo en la máxima competición europea. Quizás por ese extraño equilibrio, solo 38.000 aficionados se presentaron en la avenida de Aragón

La sensación nueva era la de recibir al hijo pródigo, Mata, en un reencuentro que no era para nada esperado. Emery afrontó el partido con Mathieu y Jordi Alba en banda izquierda, dos jugadores de banda que no está muy claro si son laterales, extremos o carrileros. Se trataba de sorprender al Chelsea con sus múltiples desdoblamientos.

Al Valencia le costó entrar en el partido, los londinenses salieron en tromba y bien pudieron forzar un posible penalti de Rami a Torres en los primeros envites del partido. Mata, Malouda y Torres eran como cuatro balas cuya trayectoria no podían adivinar los centrales naranjas. De hecho, a Víctor Ruiz le costó todo esto una tempranera amarilla.

Se trata de dos equipos con virtudes y defectos parecidos. Ambos son capaces de atacar a ráfagas y a la contra, pero deficitarios en la capacidad de crear fútbol en estático. Con esas, las apariciones del balón por el centro del campo fueron esporádicas. En ese duelo contraataques el Valencia se fue calentando y mejoró sus prestaciones conforme se acercaba el descanso. Un centro envenenado de Mathieu pudo suponer el primero, pero se topó con el larguero ante la sorpresa de Cech.

La segunda parte empezó igual que la primera, con esa vieja tradición de los equipos sobre todo alemanes e ingleses de dejárselo todo en los primeros quince minutos. Desgraciadamente esta vez les salió bien, muy a pesar de Diego Alves, que realizó hasta cuatro paradas milagrosas a remates de Torres y Ramires. En la quinta, uno de sus defensas le impidió ver la salida del balón y terminó colándose por el palo corto.

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El gol ponía al equipo ché en una situación muy complicada y su entrenador se atrevió a sacar todo lo que tenía en el banco; Piatti, Jonas y Feghouli, todos jugadores de mucha movilidad entraron al verde para improvisar sobre la marcha. El Valencia mejoró en juego y verticalidad, y sobre todo en ocasiones de gol. Todos ellos trataron de chutar siempre que tuvieron espacio, lo que hizo que el Chelsea se achicara.

Donde menos se esperaba y con el partido adoleciendo, una mano de Kalou a la salida de un córner dio al Valencia la oportunidad que con tanto corazón buscó en forma de penalti. El nueve lo ejecutó a la perfección y devolvió las tablas al partido y a su equipo a la vida en la 'Champions'.

Aunque quedaban cuatro minutos, el portero brasileño del Valencia aun tuvo tiempo para hacer otra inverosímil parada a Anelka en un dramático mano a mano. Así acabó el partido, con Mata ovacionado y con un Valencia que deberá fraguar su clasificación en los partidos frente a Genk y Bayer Leverkusen. Una opción que se la debe en gran medida a Diego Alves.