El animador se llama Alfonso Guerra

“Ahora verás” me decía uno de los asistentes al mitin nada más ver a Alfonso Guerra acercarse a los micrófonos. Y el veterano político no defraudó, tampoco esta vez. No dejó títere con cabeza. Se metió con la iglesia, con los ricos “que pagan el yate”, con la derecha que critica a Andalucía, con los periódicos de derechas, con el PP... 20 minutos de los que más de la mitad fueron aplausos. Guerra sigue en plena forma.

Ahora mismo, en el tren de regreso a Madrid, oigo una conversación entre algunos compañeros que discuten cuál ha sido la mejor frase de Alfonso Guerra: “Al Capone murió pero ahora se llama Lehman Brothers”, “No queremos un tumbado con galbana” (en referencia a Rajoy) o “la mafia está en las agencias de calificación”.

En su repertorio no faltó ni una adaptación de los textos evangélicos, eso sí, adaptándolo: “Id y propagad nuestras propuestas y convenced a las almas vírgenes que esperan nuestras palabras y no os dejéis arrebatar la educación de vuestros hijos”.

Lleva muchas campañas y muchas elecciones. Él desde hace tiempo decía que se quería retirar, pero al final le convencieron para repetir. Al menos así tenemos la suerte de seguir viendo vibrar a la gente que le escucha en los mítines. Y el PSOE puede recorrir a él tras una encuesta mala como la del CIS de ayer.