El Circo del Sol ha estrenado este sábado en Madrid su espectáculo más reciente, «Zarkana», que se podrá ver en la capital hasta el 31 de diciembre. En esta ocasión, un conjunto de impresionantes ingredientes circenses se mezclan con una exquisita decoración y una trabajada coreografía. Cientos de acrobacias (sobre balancines, barras y cuerdas, entre otros) mantienen en vilo al público durante dos horas, mientras unos unos sofisticados payasos, que para algunos sobran, ponen el toque de humor y magia al espectáculo, que incluye artes como el dibujo. Un decorado, que recuerda a la estética de Tim Burton, y que junto a la coreografía llama a la fantasía para relatar una historia de sirenas y amor que puede costar entender y que, sin duda, pasa a un segundo plano ante la majestuosidad de los demás elementos. Todo ello acompañado de música en directo hacen que esta «ópera rock acrobática que mezcla las artes circenses con el surrealismo para crear un mundo en el que la virtuosidad física se codea con lo extraño» se lo ponga al circo tradicional muy difícil.