El 'marplatazo' del 2008

"Vamos a sacarle los calzones del orto a Nadal", comentaba un jovencísimo Juan Martín del Potro, héroe argentino por aquel 2008 tras haber sumado el tercer punto frente a Rusia en las semifinales de la Copa Davis. El reto del argentino era recogido por Nadal sin cederle demasiada importancia: "el que pierda en la pista siempre podrá reivindicarse en la play", replicaba jocoso el balear. Una lesión le impediría a posteriori estar en la final. Los elegidos por Emilio Sánchez Vicario fueron David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López y Marcel Granollers.

Era noviembre del 2008, estadio de las Islas Malvinas de Mar de Plata. Los argentinos cambiaban la tierra batida del Parque Roca por el cemento, pista dura siempre desfavorable al juego español. Las gradas embarradas de papelillos, absolutamente entregadas. Un alud de gritos se daba paso entre el silencio del peloteo tenístico. Todo parecía en contra: la lesión de Nadal, el apoyo local, la fulgurante carrera de Del Potro o la experiencia de Nabaldian.

"En la Davis me tocó rezar y animar", declaraba David Ferrer días después de la consecución del título. A Feliciano López y Verdasco les tocó la labor de héroes. Los de lograr la Davis sobre la pista con sus tres puntos. Un trofeo que mostró la unidad del tenis español, en un año en el que Nadal había ofrecido hazañas inverosímiles. España logró su primera ensaladera de Plata fuera de casa, tras las de Barcelona (2000) y Sevilla (2004). Tras el éxito Emilio Sánchez Vicario se fue de la capitanía española como llegó, con elegancia y sin hacer ruído.

Los problemas del equipo argentino

Tras la derrota de Argentina en la final, la catarsis llegó a través de una rueda de prensa en la que salieron a relucir todos los problemas del equipo. "No es sólo el tenis argentino, es el país todo, tenemos que aprender a tirar para el mismo lado. El nuestro es un pueblo especial, de verdad", declaraba Alberto Mancini, el capitán, acompañado por un solo tenista, José Acasuso. Los problemas venían de atrás: intereses políticos en la elección de la sede, conflictos personales entre los jugadores, batallas de egos. Además, Mancini pedía a la prensa que reflexionara y dejase de desinformar sobre el equipo. Guillermo Salatino, prestigioso periodista argentino, cogía el micrófono y espetaba: "No tenemos acceso a los jugadores, no podemos llegar a las fuentes", entre aplausos de los allí concentrados.

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Tres años después, Argentina ha tenido tiempo suficiente para analizar y corregir sus errores y redimirse de su "drama del Mar de Plata". Por su parte, España tiene en su mano la consecución de la quinta Copa Davis de su historia, en una generación de leyenda.