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FÚTBOL | LIGA BBVA | REAL MADRID - BARCELONA

Las campanadas más sonadas del Bernabéu

En las paredes del Santiago Bernabéu hay talladas gestas épicas y debacles históricas de aquellas ocasiones en las que se citaron Real Madrid y Barcelona

El argentino celebra con Xavi el primer gol del partido.

El Bernabéu ha sido testigo de lo mejor y lo peor que encierra un Clásico. Desde las genialidad de Michael Laudrup, Ronaldinho, Iván Zamorano, Emilio Butragueño, Diego Armando Maradona, Leo Messi y compañía, hasta aquellos broncos y turbios encuentros en los que fueron protagonistas las malas artes.

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Pero la tradición nos dice que las caprichosas retinas de los aficionados de ambos bandos se empeñan en retener las campanadas del rival en casa, esas noches en las que los aficionados demolerían el estadio para salvar al club de la debacle. Esas heridas que tanto tardan en cicatrizar. El Santiago Bernabéu ha vivido cómo el asombro y la decepción recorría cada una de sus filas, cada uno de los asientos en los que, en ciertas ocasiones, sus ocupantes no pudieron contener el hastío para no esperar al pitido final, o la emoción para reconocer con aplausos la genialidad de su eterno rival.

Así sucedió el 26 de junio de 1983 cuando Diego Armando Maradona, el que para muchos es el 'Dios' del fútbol, en la final de la ya extinta Copa recogió el pase del 'Lobo' Carrasco y decidió que aquel minuto 57 habría de quedar grabado en la historia de aquel estadio. El 'Pelusa', tras driblar al portero Agustín Rodríguez, vio cómo Juan José llegaba como una exhalación para dejarlo sentado justo al poste y anotar a placer.

La 'manita' de Cruyff

La primera 'manita' a color que alumbró la historia de los Clásicos fue azulgrana. Aquel 17 de febrero de 1974, un Barcelona deslumbrante al mando del inventor del 'fútbol total', el holandés Rinus Michels, golpeó en hasta cinco ocasiones la portería local de un estadio vigilado desde el palco por Santiago Bernabéu. Un once comandado en el campo por un genial y jovencísimo Johan Cruyff endosó un inapelable 0-5 a un Real Madrid que nada pudo hacer ante el tanto de holandés y los goles de Asensi (por partida doble), Juan Carlos y Sotil.

Esa temporada de 1974/75 el joven Santillana, que vio cómo los suyos arañaban un punto del Camp Nou en la ida del Clásico, no sólo tuvo que soportar el chaparrón de goles que les cayó a los suyos en casa sino que además tuvo que ver cómo los de Michels se alzaban campeones de Liga.

El inicio liguero soñado

El Madrid inició su andadura en el campeonato liguero de la temporada 1984/85 viendo cómo los azulgranas le endosaban un 0-3 en casa. El 2 de septiembre de 1984 el Barcelona del técnico inglés Terry Venables volvió a resquebrajar los cimientos del templo blanco con los tantos de Ángel en propia puerta, Archivald y Calderé. Con la ausencia de Maradona, ya en el Nápoles, pero con la llegada de prometedor escocés Steve Archivald y un joven Schuster portando la casaca azulgrana, el club barcelonés completó una campaña impecable que le permitió proclamarse campeón de Liga.

Las diabluras del 'Gaúcho'

Con distintos rostros pero con la misma contundencia y resultado que veintiún años atrás, el Barcelona de toque y verticalidad ideado por el holandés Frank Rijkaard se presentó en el Santiago Bernabéu un once en el que coincidían el flamante de Balón de Oro, Ronaldinho, Samuel Eto?o y un desconocido Leo Messi con el número 30 a la espalda. Un once con un desparpajo y una decisión que desbarató el ultradefensivo planteamiento de Vanderlei Luxemburgo, que sintió cómo los cimientos del estadio de la Castellana se tambaleaban con el gol de Eto?o y la exhibición del 'Gaúcho'.

El brasileño se ganó al público madridista a base de velocidad, regates y precisión en el golpe. Una ecuación que el 'Gaúcho' repitió hasta en dos ocasiones que aún perviven en la memoria de azulgranas y merengues, que no pudieron sino rendirse a la magia del astro cuando éste fue sustituido.

La brillantez del 'Pep Team'

El 2 de mayo de 2009 ninguno de los azulgranas se despidió entre la ovación del público madrileño. Ningún espectador ovacionó a los pupilos de Guardiola. Ese día riadas de seguidores blancos comenzaron a abandonar el estadio cuando el videomarcador del Santiago Bernabéu dibujó el definitivo 2-6 tras el gol de Piqué. El resultado más abultado de la historia moderna de los Clásicos entre Madrid y Barcelona. El Santiago Bernabéu aún se encoge al recordar cómo Henry y Messi por partida doble, Puyol y Piqué perforaban la puerta de Casillas. Esos goles hicieron, no temblar, sino explotar los cimientos de la Castellana madrileña.

Por aquel entonces el 'Pep Team' empezaba a escribir su leyenda. Pero eso ya es historia. Este sábado todo puede pasar en el partido de los partidos. El Santiago Bernabéu volverá a ser testigo de lujo de uno de los encuentros que seguro marcará el destino de la historia del fútbol y dejará una nueva mueca en las paredes del templo madridista.

 
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