El mercadillo de diputados
Repasamos todas las legislaturas en las que conseguir grupo parlamentario ha obligado a un "intercambio de cromos"
Según el reglamento del Congreso de los Diputados, para que un partido político pueda constituirse como grupo parlamentario propio tiene que haber obtenido 15 diputados o un mínimo de cinco escaños y el 15% de los votos en las circunscripciones en las que se presenta o el 5% de los votos en todo el Estado. Sin embargo, existe otro camino menos ortodoxo para conseguir grupo propio: el préstamo de diputados.
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El único requisito que contempla la legislación para que dos fuerzas políticas se puedan prestar diputados y formar grupo propio es que no se hayan enfrentado en la misma circunscripción. Aunque esta práctica parece consolidarse poco a poco, no toda la clase política la ve con buenos ojos. Entre sus detractores se encuentra el ex presidente del Congreso Manuel Marín, que considera que no refleja ninguna credibilidad electoral y debilita el prestigio de la Cámara. No es el único. Muchos políticos no entienden como se le exige a la institución duras medidas contra el transfuguismo para que al comienzo de la legislatura se organice un transfuguismo deliberado con el préstamo de diputados.
La primera vez que se utilizó esta fórmula fue en el año 1993. Coalición Canaria (CC) consigue cuatro diputados en las elecciones y se queda a las puertas de poder formar grupo propio, pero un pacto con el Partido Aragonés (PAR) posibilita la cesión de su único diputado para así poder formar el grupo canario.
En 1996, cuando José María Aznar consigue la primera victoria electoral para el Partido Popular (PP), CC vuelve a obtener cuatro diputados y se queda sin grupo propio. Sin embargo, al ser el primer partido que expresó su apoyo a la investidura de Aznar, el PP decide cederle dos diputados pertenecientes a Unión del Pueblo Navarro (UPN), con los que se presentaron en coalición. No obstante, seis meses después de la cesión los diputados de UPN deciden abandonar el grupo canario para regresar al grupo popular. A pesar de la fuga de los diputados CC mantiene su grupo, puesto que el reglamento determina que no se disolverá mientras mantenga al menos la mitad del mínimo exigido para su creación.
En el año 2000, cuando Aznar revalidó su mandato con mayoría absoluta vuelve a mostrar su generosidad con CC. El partido canario nuevamente logra cuatro diputados, pero consigue grupo propio gracias a la cesión de tres diputados por parte del PP, pertenecientes, esta vez también, a UPN. Al igual que en la anterior legislatura, a los pocos meses de la cesión los diputados navarros se dan de baja del grupo canario para volver a formar parte del grupo popular, algo que se puede realizar dentro de los cinco primeros días de cada periodo de sesiones.
Ese mismo año, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) se propone formar grupo propio a pesar de haber obtenido solamente tres diputados. Aunque el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Convergencia I Unio (CIU) -con el fin de conseguir mayor presencia nacionalista en la Cámara Baja-, deciden prestar un diputado cada uno al BNG, la Mesa del Congreso, dominada por el PP, niega la petición. Según señala el reglamento en uno de sus artículos "en ningún caso pueden constituir grupo parlamentario separado los diputados que pertenezcan a un mismo partido".
El PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero se convierte en el salvavidas de CC en el 2004. La formación nacionalista pierde un diputado con respecto a la anterior legislatura y se queda con tres, sin embargo, dos diputados socialistas renuncian a integrarse en el grupo socialista y se inscriben como asociados en el grupo canario. Como es costumbre en estas fórmulas, los diputados socialistas abandonan el grupo canario unos cuantos meses después. En 2007 se produce una escisión dentro del propio partido y CC pierde un diputado, que pasa al grupo mixto. Al no mantener la mitad del mínimo exigido en el momento de su creación desaparece como grupo propio.
En el 2008 el BNG presta sus dos diputados al grupo formado por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Izquierda Unida (IU) e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), para que puedan tener grupo propio fuera del grupo mixto. A las 72 horas los gallegos abandonan el grupo y se integran en el grupo mixto.
Para las formaciones políticas se trata de una cuestión de vital importancia. Disponer de grupo propio se traduce, entre otras cosas, en mayores recursos económicos y técnicos en la Cámara, libertad total en la decisión de voto y más capacidad de intervención política.