Los conejos invaden el aeropuerto sin aviones de Castellón
Los animales están provocando daños en las instalaciones, según reconocen los responsables de la infraestructura
En el aeropuerto de Castellón, que se inauguró hace nueve meses, no hay ni un avión pero sí miles de conejos. Los animales se han introducido en las instalaciones huyendo de la acción de los cazadores y aprovechando el perímetro vallado se están reproduciendo exponencialmente. El director del aeropuerto, Juan Salas, espera acabar con el problema cuando en enero entren en vigor el contrato de control de fauna, que desplegará en la zona hurones y halcones.
Más información
- Los aeropuertos menos rentables de España
- Camps y Fabra inauguran un aeropuerto en el que no se puede volar
- IU (EUPV) considera "escandaloso" que el director del aeropuerto de Castellón cobre un sueldo anual de 84.000 euros
- Fabra anuncia que existe una propuesta de compra del aeropuerto de Castellón por 200 millones de euros
- Despega el último vuelo del Aeropuerto de Badajoz
El aeropuerto todavía sin aviones de Castellón se ha convertido en un refugio para los conejos de monte. Estos animales se han introducido en el perímetro vallado de las instalaciones porque hasta allí no llegan las escopetas de los cazadores, según los expertos.
Sin casi depredadores naturales, sin molestias debido a la inactividad del aeropuerto y sin la acción del hombre, los prolíficos conejos se están reproduciendo por miles en la zona y ya están ocasionando problemas, según admite el director del aeropuerto, Juan García Salas.
El responsable de la infraestructura dice que los conejos están cavando numerosas madrigueras en los taludes de sustentación, lo que podría afectar a su estructura, y roen todo cuanto se pone a su alcance. Teme por los cables de las instalaciones, lo que puede provocar sensibles daños económicos.
Juan García Salas dice que están realizando batidas controladas, y espera acabar con el problema cuando entre en vigor el contrato para el control de la fauna, con los huroneros y halconeros desplegados, que comenzarán a trabajar el próximo mes de enero, para tener a la fauna salvaje controlada cuando empiecen a aterrizar los primeros aviones, sobre el mes de abril. El contrato para los hurones y halcones cuesta alrededor de 100.000 euros anuales.