Navidad y regalos, qué bonito... y ¡qué faena!
Ha llegado la Navidad y, con ella, el momento hacer regalos. Algo que se convierte casi en un examen en el que no siempre es fácil aprobar. Estas fiestas dan lugar a regalos estupendos, que luciremos todo el año, pero también a regalos infumables, que esconderemos en el fondo del trastero.
"... Santa Claus is coming to town."
Nos encontramos a 24 de Diciembre, una fecha crítica en muchos hogares porque... ¡Hoy llega Papá Noel! Y todos esperamos que, al despertar, el árbol esté lleno de maravillosos regalos que podamos disfrutar hasta las próximas Navidades. Pero no siempre es así...
Lo de regalar, a priori, parece sencillo. Pero, regalar y acertar, ya es otra cosa. Y ése es el verdadero reto de la Navidad, conseguir que tu regalo no se quede en el fondo del trastero, sea devuelto o sea reciclado para re-regalarse en otras celebraciones.
En esto del regalar hay quien ha buscado fórmulas para encontrar el acierto. El ticket regalo es un ejemplo, gracias a él no sólo cambiamos de talla cuando ésta es errónea, sino que mucha sveces acabamos cambiando el artículo entero.
La tarjeta regalo también puede ser una opción. Si uno conoce los gustos y hábitos de compra del "regalado", es fácil acertar con una tienda de su agrado y regalar un vale por un importe determinado en ese establecimiento.
La compra online también ha facilitado mucho la tarea del regalar. De hecho, de las compras para estas fiestas, el 15% se realizarán por Internet. No sólo hace fácil la compra, evitando largas esperas en esas colas interminables de las tiendas en estas fechas, sino que suele hacer que uno se beneficie de descuentos y promociones.
Y si uno quiere estar a la última, sin duda, debe decantarse por los packs experiencia. Desde unos 25¤ se puede regalar una sesión de spa, un cursillo de fotografía o un lanzamiento en paracaídas. Todo metido en una cajita de cartón, a través de un cupón, y con una validez de un año para su uso.
Diferentes formas de regalar para intentar buscar el acierto y escapar de esos calcetines de la abuela, el pijama de la suegra o la caja de bombones tíìca y tópica, que además de ser poco originales, se arriesgan a ser olvidados en algún rincón.