Una multitud muestra su dolor al paso del cortejo fúnebre de Kim Jong-il
El dictador de Corea del Norte falleció el pasado 17 de diciembre a los 69 años

Corea del Norte despide a su líder. En Pyongyang, la capital, ya han comenzado los funerales por Kim-Yong il. Junto al féretro del dirigente, a pie, le acompaña su hijo y sustituto al frente del poder. La gran nevada que cae sobre la ciudad no ha impedido que millones de personas salgan a la calle para llorar al que ha sido su líder durante 17 años. Las exequias durarán dos días. / AGENCIA ATLAS
El funeral de Estado por el líder norcoreano, Kim Jong Il, ha comenzado este miércoles en Pyongyang, según informan la radio y la televisión norcoreanas, citadas por la agencia de noticias Yonhap.

Tras la muerte a los 69 años de Kim Jong-il, líder del régimen coreano, el encargado de dar continuidad a esta dinastía comunista es su hijo menor, Kim Yong Un, que se cree tiene sólo 29 años. / AGENCIA ATLAS

La sucesión al frente de Corea del Norte por el fallecimiento de Kim Jong-il ha abierto una etapa de incertidumbre en la zona. China, el gran aliado norcoreano, no ha escatimado en las muestras de apoyo al último régimen estalinista del mundo. Su presidente, Hu Jintao, ha visitado hace unas horas en persona la embajada del país en Pekín para presentar sus condolencias. La inquietud sobre el futuro de este país estratégico provoca los posicionamientos de las grandes potencias. Estados Unidos ya ha anunciado que defenderá a sus aliados, en clara alusión a Corea del Sur y Japón. Los norcoreanos muestran al mundo su alienación sin complejos. Secuelas de la propaganda de un régimen opaco, represivo, cruel y continuísta. Sin móviles, sin internet, apartados del resto y engañados, parecen parte de una secta más que de un país. A pesar del hambre y de los campos de concentración, de la falta de todo menos de un líder, la histeria colectiva fue lo único que se vió en la televisión del país. El hijo menor del dictador, que ni siquiera tiene 30 años, se pondrá al frente de un país con una economía menor que la de Ghana o Etiopía, pero limítrofe con China, con Corea del Sur y vecina de Japón. Con el cuarto ejército más poderoso del mundo y capacidad nuclear. Ayer se sucedieron las conversaciones y las llamadas telefónicas. Hillary Clinton con el ministro de exteriores japonés apostaba por la estabilidad en la región. También mantuvieron conversaciones, Rusia, China, y por supuesto Corea del Sur, junto con japón, el principal aliado estadounidense en la región donde tienen destinados cerca de 30.000 soldados. / AGENCIA ATLAS
Con expresivos lamentos, lloros y muestras de dolor, miles de norcoreanos se congregan en los márgenes de las principales vías de Pyongyang para ver pasar el cortejo fúnebre que transporta el féretro del fallecido Kim Jong-il.
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Poco más de dos horas después de que partiera del Palacio Memorial de Kumsusan, la procesión llegaba a la céntrica Plaza Kim Il-sung, donde esperaba una multitud en la explanada y las gradas para dar el último adiós a su líder, falleció el pasado 17 de diciembre a los 69 años.
La televisión estatal, KCTV, retransmitió en directo el evento, con imágenes que mostraban a miles de personas, bajo una intensa nevada, apiñadas al paso de la larguísima comitiva fúnebre, en la que iba también el hijo menor y sucesor de Kim Jong-il, Kim Jong-un.
El cortejo motorizado partió del Palacio de Kumsusan y recorrió los primeros metros muy despacio con el joven Kim Jong-un y un pequeño grupo de militares y oficiales caminando al lado del coche con el féretro.
Éste estaba envuelto en una bandera del Partido de los Trabajadores y colocado sobre una cama de crisantemos blancos en el techo del vehículo, precedido por otro que llevaba una enorme imagen del líder sonriente y en el traje militar caqui que era una de sus características.
"El padre del viento que sopla ahora en Pyongyang"
La televisión estatal emite en directo el desfile, durante el que los presentadores recordaron, con gran dramatismo, los "logros" del "querido líder" y ensalzaron a su hijo y sucesor.
Kim Jong-il "era el padre del viento que sopla ahora en Pyongyang, y lo hemos perdido", dijo en un momento uno de los locutores, mientras de fondo se oían los lloros a gritos de algunos ciudadanos y las cámaras recogían sus aspavientos de dolor. "Comandante, no se vaya", pedía a gritos ante las cámaras de KCTV una campesina, el referencia al cargo de comandante supremo de las Fuerzas Armadas que ostentaba Kim. "Toda la ciudad está sufriendo. Es difícil aceptar esta realidad", agregó el presentador, que recalcó también: "Respaldaremos a Kim Jong-un, juraremos nuestro apoyo".
La procesión, de más de un centenar de vehículos, pasa por lugares emblemáticos de la ciudad, tal y como ocurrió en el funeral de Kim Il-sung, en un cortejo casi calcado al de 1994 para, según analistas surcoreanos, afianzar la sensación de continuidad del régimen.
El dictador de Corea del Norte falleció el pasado 17 de diciembre a los 69 años a causa de un infarto durante un viaje en tren. Su hijo Kim Jong Un se ha convertido en el ''gran heredero'' de la más hermética dinastía comunista.




