Simeone y Falcao agrandan al Atlético en Anoeta

El Atlético de Madrid, subido al cambio de actitud propiciado por el técnico Diego Simeone, logró el primer triunfo a domicilio en la Liga y goleó a una pasiva Real Sociedad, con tres tantos del colombiano Radamel Falcao y otro de Adrián López.

Todo pintaba de color de rosa a priori para una Real que llevaba una excelente racha sin perder de siete partidos en Liga, ganó en Valencia y recibía a un Atlético que solo había vencido una vez en 19 años en San Sebastián y además en el banquillo con Cholo Simeone, que no conocía como jugador lo que era ganar en Anoeta.

Los donostiarras se empeñaron en ir contra toda la leyenda favorable y antes de los dos minutos Vadim Demidov cometió un error infantil y como un portero de balonmano forzó un penalti que el brasileño Falcao convirtió en el primer tanto del partido.

Descompuso este gol a los locales que quedaron a merced de un Atlético que se gustaba y que pudo volver a marcar instantes después tras otro yerro del ruso Demidov, que en esta ocasión no pudo aprovechar Falcao.

El conjunto rojiblanco, dueño y señor del encuentro durante el primer tiempo, tuvo todavía el partido más de cara tras el descanso porque sencillamente la Real ni estaba ni se le esperaba y así, en el primer minuto del segundo periodo, Adrián aprovechó otro error defensivo de los donostiarras para sentenciar el encuentro.

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La Real, en estado catatónico, no fue rival para un Atlético de Madrid que prácticamente no tuvo que sufrir en el segundo periodo salvo un sobresalto en un libre directo del local Elustondo.

Al final Philippe Montanier se la jugó el todo por el todo, quitó a sus dos delanteros y terminó con tres atacantes, pero de nada sirvió su estrategia casi suicida porque Falcao no desaprovechó la oportunidad de tener otra gran noche y culminó con un excelente gol en vaselina una trenzada jugada de su equipo.

En el último instante de partido, el excelente delantero rojiblanco marcó el tercero de su cuenta particular en Anoeta y los aficionados realistas despidieron con una gran pitada a sus jugadores.