¿Discapacitado o estudiante brillante?

Esta administración reclama más de 11.150 euros a Oier Lakuntza, un brillante estudiante sordociego que está haciendo el doctorado en Química Cuántica. Según la Seguridad Social la ayuda que percibe es incompatible con una beca de investigación, beca que obtuvo por méritos académicos.

Oier Lakuntza tiene 26 años y padece el síndrome de Wolfram, una enfermedad degenerativa que le ha dejado ciego y le ha provocado problemas de audición y diabetes, a pesar de ello Oier tiene un currículo académico excelente y por esos méritos recibió una beca para que siguiera estudiando.

El joven vasco estudió Químicas, se licenció en 2007 y unos meses después comenzó su doctorado en Química Cuántica. Sus excelentes calificaciones le valieron una beca de investigación para realizar la tesis en la Universidad del País Vasco. La beca fue, los primeros de años, de 1.100 euros al mes en doce pagas y luego de 950 euros en catorce pagas durante el tercer y el cuarto curso.

Ahora la Seguridad Social le reclama 11.150 euros por tener una beca de investigación mientras cobra una prestación por discapacidad de menos, ayuda que no supera los 500 euros mensuales. "A los dos años y medio de conseguir la beca me dijeron que las dos cosas no eran compatibles y que tenía que devolver el dinero que había recibido de la pensión de incapacidad". Los dos últimos años de esa beca incluyen cotización a la Seguridad Social, unos rendimientos que la administración considera incompatibles con la prestación por incapacidad. "La única forma de percibir esa prestación es que no tengamos otra beca o sueldo", explica Lakuntza. Tras varios recursos Oier se enfrentará el 26 de febrero a un juicio en el que la Seguridad Social le reclama que devuelva el dinero