Dinamarca gana a España y deja a los de Valero Rivera sin final
<b>La selección danesa, al derrotar en semifinales a España, por 25-24</b> (12-10, al descanso), se ha clasificado para la final del Europeo de balonmano, que se disputa en Serbia
Fallos que no impidieron que España llegase a los últimos segundos de juego con la oportunidad de forzar la prórroga, pero el último tiro de Cristian Ugalde, posiblemente desviado por la falta del defensor danés, no entró, lo que impidió a España entrar en un gran final, de la que, por segunda vez consecutiva, se queda a un sólo peldaño.
Pero es que ni el carácter ni el orgullo que demostró la selección española en la segunda mitad bastó para compensar el atasco ofensivo de un primer tiempo, que curiosamente, no empezó nada mal para la selección.
Parapetada en un intenso 5-1, el combinado español fue capaz de enmarañar el juego ofensivo danés, que de inicio echó de menos a los lesionados Michael Knudsen y Jesper Noddesbo. Y es que el conjunto nórdico evidenció que no parece confiar de la misma manera en René Toft Hansen, lo que aprovechó España para enmarañar el juego ofensivo danés, que sin poder asistir al pivote, se perdió en estériles pases y pases.
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Falta de ideas que supuso el paso previo a los errores, que propiciaron el despegue del conjunto español en el marcador, que a los catorce minutos de juego señalaba un esperanzador 3-7 para sus intereses.
Una renta que Dinamarca logró reducir a base de velocidad, ya que si en estático los nórdicos habían tenido muchos problemas, a la carrera el rendimiento de los Ulrik Wilbek sólo hizo que mejorar y mejorar.
Vértigo del que le permitió dotar el partido el propio equipo español, que comenzó a atascarse cada vez más y más en ataque, lo que permitió lanzar a Dinamarca su segunda oleada de contragolpe, en la que Mogensen y Lauge demostraron una terrible efectividad. Así, en apenas cinco minutos Dinamarca acortó las distancias hasta situarse a tan sólo un gol (9-10), aprovechando la parálisis en la que entró en ataque el conjunto español, que en los últimos diez minutos del primer tiempo no anotó ni un solo gol.
Incapaz de conectar con Julen Aginagalde y si capacidad de hacer llegar el balón a los extremos, el conjunto español se condenó a vivir del lanzamiento exterior, uno de los puntos débiles de la selección. Un atasco que Dinamarca no supo rentabilizar como demuestran los tan sólo dos goles de desventaja (12-10), el último de ellos gracias a un lanzamiento de Mikkel Hansen ya con el tiempo concluido, con los que España se marchó al descanso.
Tiempo de receso que no bastó para aclarar las ideas ofensivas del combinado español, que ni tan siquiera fue capaz de aprovechar la exclusión de Kasper Nielse, para ajustar un tanteador en el que seguía creciendo la ventaja (15-12) del cuadro nórdico.
Una Dinamarca que encontró en el joven central Rasmus Lauge el brazo del que careció en todo momento el conjunto español, que ataque a ataque iba empeorando cada vez más sus porcentajes en el lanzamiento exterior.
Circunstancia que obligó a Valero Rivera a buscar una solución de urgencia con la entrada de Iker Romero, pero el vitoriano no es ese jugador de hace seis años que con sus latigazos metió a España en la final del Europeo de Suiza, tras ganar, casualidad o no, a Dinamarca en la semifinal.
Así que la selección debió apelar a lo intangible, al carácter, al orgullo para tratar de mantenerse con vida en un marcador en el que Dinamarca llegó a dominar en el arranque del segundo tiempo hasta por cinco goles de diferencia (17-12).
Orgullo que demostró más que nadie el lateral Jorge Maqueda, que con tres goles casi consecutivos acabó de volver a meter a España (18-17) en un encuentro, que minutos antes parecía prácticamente perdido para el combinado español.
Tres tantos que provocaron un cambio súbito en la selección, que comenzó también a mostrar una mejor cara en defensa, donde el 6-0, el gran descubrimiento de España en este Europeo, empezó a convertirse en el mejor aliado de la portería.
Una portería donde José Manuel Sierra con dos paradas consecutivas dio el aire necesario a la selección que no sólo llegó a igualar (19-19), sino que dispuso de un balón para ponerse muchísimos minutos después de nuevo por delante en el marcador
Pero España falló, y así en un suspiro se pasó del posible 19-20 a un 22-19, que obligó a la selección a realizar un esfuerzo superlartivo en los últimos minutos, que no tuvo premio, ya que toda la suerte que tuvo Mikkel Hansen para anotar su penúltimo gol, le faltó a Ugalde en su último disparo.
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