Ocio y cultura

Antoni Tàpies, el artista universal

Antoni Tàpies logró subir al escalafón de artista imprescindible a escala nacional e internacional. Expresividad y contundencia moral, fue el máximo representante del arte de vanguardias en España

EFE

Antoni Tàpies i Puig (1923, Barcelona), artista autodidacta, mantuvo su espíritu creativo vivo hasta el final. A pesar de sus problemas en vista y oído. Ejemplo prodigioso de longevidad, como en su día había sido la mirada febril de Picasso, se convirtió en icono cultural de Cataluña y de España. "Ahora pinto con más libertad que nunca", aseguraba. "Dicen que los viejos nos volvemos más sabios. Y lo hacemos en el sentido real del término, que es aprender a vivir", a vivir y a crear en silencio, a evolucionar sin concesiones.

Más información

Tàpies, marqués de Tàpies, el único español vivo que la Tate ha escogido para representar la historia del arte del siglo XX, nació el 13 de diciembre de 1923 en Barcelona en una familia de tradición liberal. Estudio derecho, carrera que abandonó tempranamente para dedicarse a su pasión, el dibujo y la pintura, apremiado este cambio por una afección pulmonar.

El lienzo a través de los ojos de Tàpies traspasó las barreras convencionales. Saltó por encima de convencionalismos, experimentó nuevas técnicas de dibujo y de "collage", llegó a nuevos soportes plásticos, elementos iconográficos y antropomórficos o signos de escritura; pero teniendo presente siempre la historia y la política, la religión, el paso del tiempo, las heridas y cicatrices del pasado. Opositor al régimen franquista, defendió la política catalana y el surrealismo en cuadros como 'El espíritu catalán' (1971), 'Pintura románica con barretina' (1971) y 'Sardana' (1971). "El cuadro para mí tiene que ser un objeto, no tiene que ser un espacio donde pasen cosas, como en la pintura tradicional. Ha de ser un objeto que comunique emociones", aseguraba en una entrevista realizada en El País.

Gracias a una beca del gobierno francés, entre 1950 y 1951 se instaló en París, donde vivió de cerca los debates en torno a la abstracción. Inició un período de integración en su obra de objetos cotidianos, pasando posteriormente al figurativismo. En los años 90 aceptó diversos encargos institucionales: 'Las cuatro Crónicas' en la Sala Tarradellas de la Generalitat, la decoración mural de los pabellones de Catalunya y del CIO para la Expo de Sevilla, y una capilla laica para la Universitat Pompeu Fabra (UPF). También en sus últimas obras abordó una serena reflexión sobre el dolor.

Su obra ha viajado por todos los museos del mundo, con exposiciones antológicas y retrospectivas en España y en el extranjero. Una aportación y un legado premiado con casi medio centenar de galardones: el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990), la Medalla d'Or de la Generalitat (1983), la Picasso de la Unesco (1993), el Premio Nacional de Artes Plásticas de la Generalitat (1995), el Velázquez de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura (2003) y el Praemium Imperiale de la Asociación Artística de Japón.

Una fundación en Cataluña, ubicada en el edificio modernista Montaner y Simón, lleva su nombre y alberga un conjunto de 2.300 pinturas y esculturas y 3.100 dibujos, grabados y litografías de su legado personal. En su currículum figura también el título nobiliario de marqués, concedido en abril del 2010 por el Rey don Juan Carlos por su "gran contribución a las artes plásticas de España y del mundo".

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00