El último concierto de Whitney Houston
Después de 2010, año de su última gira mundial, hemos visto a Whitney Houston en contadas ocasiones. Alguna pequeña actuación, alguna entrevista, alguna promoción, pero poco más. Volvió a recluirse, por enésima vez, en un centro de desintoxicación. Recordamos su último concierto en Londres, en el que homenajeó a Michael Jackson.
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Más de 150 euros. Ese era el precio medio por poder volver a ver, 10 años después, a Whitney Houston en directo, en Londres. En el O2 Arena. La expectación era máxima, la cantante vendió en pocos días prácticamente la totalidad de las localidades. Dos fechas: 25 y 26 de abril de 2010. Y una próxima cita en España, en Tenerife, el 30 de abril de 2010.
No apostaba un duro por ver a la modelo, compositora, cantante y actriz estadounidense en las Islas Canarias, después de haber pospuesto varias actuaciones en Manchester y Glasgow (en teoría por una afección respiratoria). Así que me decidí por Londres. Menos mal, la nube volcánica, de nuevo en teoría, canceló la visita española inmediatamente después del desastre londinense que me dispongo a contar. Las entradas eran caras, pero la ocasión merecía la pena. No está a la altura de Michael Jackson, ni mucho menos, ni siquiera a la de otras divas de la música negra, pero Whitney Houston ya había hecho historia. Es, hasta la fecha, la artista más galardonada de todos los tiempos, con dos premios Emmy, seis premios Grammy, 30 premios Billboard, 22 American Music Awards, entre otros, con un total de 415 premios en su carrera. También es una de las artistas musicales con mayor venta de discos en el mundo: más de 170 millones de álbumes, sencillos y vídeos. Si eso no es hacer historia...
"Houston, we have a problem"
Amaneció en Londres soleado, pero leyendo la prensa el día se tornó gris enseguida. Los titulares coincidían: "Houston, we have a problem". El concierto del domingo 25 había sido, como en otros sitios, un auténtico fracaso. Los fans abandonaron a la cantante a mitad del concierto, entre gritos y abucheos. Muchos exigieron la devolución de las entradas. Whitney reconoció que a veces le sale la voz, a veces no, y que, en esta ocasión, las condiciones del escenario no eran las más apropiadas. Vaya.
Con el pánico metido en el cuerpo y el bolsillo tiritando, volví al O2 Arena, donde he tenido la fortuna de ver a varios artistas internacionales (quién me iba a decir que solo un año después iba a estar escuchando, en el mismo sitio, la misma canción, esta vez interpretada por su autora: Dolly Parton).
Sin hacerse esperar demasiado, aunque muchos estaban inquietos por el morbo, más que nada, Whitney hizo aparición en el escenario vestida toda de negro bajo una gabardina roja. Y el tema elegido le venía como anillo al dedo: 'For the lovers', de su último disco. Advertía con ella: "Esta canción es para todos los que amáis. Si sois de los que odian, no canto para vosotros".
Recuperada del desastre de la noche anterior, Whitney consiguió emocionarnos a los allí reunidos repasando sus grandes baladas (`'One moment in time', 'I have nothing', 'Where do broken hearts go', 'Greatest love of all'...), aunque las juntó en un medley, sentada, salvando así el trago de tener que interpretarlas enteras (como tampoco hizo Cher en su último recital en Las Vegas). Y logró poner en pie a todo el auditorio con temas más movidos ('I'm every woman', 'I wanna dance with somebody', 'It's not right, but it's ok'...), pero casi no las cantaba, solo las bailaba, demostrando que ya no era Queen of the Night. Y, por supuesto, los de su último trabajo: 'I look to you'. Uno de los momentos más emotivos del concierto fue cuando se proyectó una silueta de Michael Jackson. Whitney tuvo unas palabras de recuerdo al rey del pop, y le dedicó uno de sus últimos temas: 'A song for you', una canción que viene a decir "he estado en muchos sitios, he cantado muchas canciones, ante decenas de miles de personas... y ahora estoy aquí contigo, esta canción es para ti", reza, más o menos, la letra.
Nadie pedía un bis
Agotada desde la primera canción, pronto empezó a hartar a los allí reunidos. Las toses de la artista eran cada vez más frecuentes e interrumpían las canciones. No llegaba a las notas más altas. Fragmentos de muchos temas eran cantados solo por el coro, mientras ella bebía agua. Ya estábamos avisados por su productor: "quien quiera escuchar a la Whitney de los 90, que se compre sus discos". Pero esto era una estafa. 'I look to you' ya no es la Whitney de los 80 y 90. Su voz es más rota, y se nota, y no hay grandes agudos. Lo sabíamos, lo habíamos escuchado, pero, al menos, (por casi 200 euros) esperábamos ver solvencia. Y no la tuvo.
El punto de inflexión, en este y en el resto de conciertos, no podía ser otro que el momento en el que cantó 'I will always love you', el tema de 'El Guardaespaldas' con el que se estrenó en el cine. Muchas pausas, mucho silencio... y finalmente consiguió salvar, a duras penas, el último estribillo. Pero los pitidos, abucheos, silbidos... silenciaron los pocos aplausos de los últimos fans incondicionales.
Se apagaron las luces. Casi dos horas de concierto. Y casi nadie pedía un bis. Estaba claro que lo habría, aún no había cantado 'Million Dollar Bill', su último número uno. Lo hizo, pero con la mitad de las gradas ya vacías y la otra mitad en camino de abandonarlas.
Hoy su voz se apaga para siempre. Nos queda verla en el cine, en 'Sparkle', cuyo argumento, curiosamente, habla de cómo un exitoso grupo musical tiene que enfrentarse a la fama y las drogas. Se apaga su voz y con ella esa espiral de abusos, de todo tipo, de los que no terminaba de salir. We will always love you, Whitney, anyway. We still wanna dance with you.
Muere la cantante Whitney Houston
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