El último canto de la sirena Mengual
La nadadora de sincronizada anuncia su retirada de la competición a los 34 años
En 1992 Anna Tarrés descubrió el talento entre el agua del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (CAR). No sabía entonces que acaba de dar con la que luego catalogaría como la "la Messi de la natación sincronizada"; la fuerza, la expresividad, en suma, el deporte convertido en arte. Gemma Mengual (Barcelona, 1977) había entrado en contacto con su hábitat natural, el agua, cuándo sus padres la inscribieron en el club en Kallipolis de Barcelona con nueve años de edad. Una sirena nacida en la llanura.
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La natación sincronizada era ya un deporte puro a los ojos de los críticos, desterrando los viejos tópicos que le asociaban a un mero ballet acuático con música enlatada y estética cinematrográfica. Mucho contribuyeron a ello las rusas, gimnastas puras. Pero mucho le debe la natación sincronizada a Mengual. Gemma dotó de alma a este deporte y creó un estilo propio que traspasó fronteras. La natación sincronizada abandonó con ella su vetusta mecanización y se convirtió en un expresivo baile de emociones. "He aprendido a nadar a mi manera, cómo sólo lo hago yo. Que luego me lo premien los jueces es relativo. Entran factores políticos", aseguraba en una entrevista concedida al diario El País.
Fue en el Europeo de Helsinki en el que inició su consolidación internacional, el 30 de junio de 2000, consiguiendo el bronce en individual, por detrás de la rusa Olga Brusnikina. Mengual ya no se bajaría del cajón en la máxima competición continental, donde acumularía 17 metales. En el Mundial de Barcelona, tres años más tarde, ya había crecido su estrella. Allí logró sus tres primeras medallas internacionales
En el Europeo del 2008 consiguió, por fin, contener a la rusa Natalia Ischenko, bajo la batuta de Dulce Pontes, consiguiendo su primer oro en "solo", su primera medalla individual, así también la primera de la historia de este deporte en España, ligado íntimamente a la deportista catalana. A nivel mundial, su momento cumbre llegó con los Juegos Olímpicos de Pekín de ese mismo 2008 (plata en Dúo y Equipo).
La voz quebrada de Ray Charles con "Yesterday" le sirvió a Mengual para realizar la que seguramente fue la mejor actuación de su carrera, en los Mundiales disputados en Roma en el 2009. Soberbia, no le valió para lograr el único título que le falta y con el que no ha conseguido despedirse, el de campeona del mundo en solitario. El oro se lo llevó Ischenko con su "Lago de los Cisnes", y sobre el cajón hubo lágrimas de plata. "Estoy desmoralizada", decía entonces Mengual. 24 horas antes se había proclamado campeona del mundo por equipos en estilo libre combinado.
Gemma se despide del deporte en activo con un bagaje de 3 medallas en los Mundiales de Barcelona 2003, seis en los de Melbourne 2007 y seis en los de Roma 2009, así como la cifra récord de cuatro oros en los Europeos de 2008 o las dos platas olímpicas de Pekín. Quizás como en su día hizo Esther Williams, ídolo de la nadadora catalana, Mengual se refugie en la gran pantalla, o en las pasarelas por las que ha desfilado en numerosas ocasiones, seguramente lo haga en su familia y en su hijo Nil. Su huella en la natación sincronizada es imborrable.
Gemma Mengual tras conseguir el oro en solo en los europeos de natación celebrados en Eidhoven
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Así ganaron Gemma Mengual y Andrea Fuentes la medalla de plata en los JJOO de Pekín
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