Sociedad

La policía libera más menores explotadas por proxenetas en Cataluña

La Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han rescatado más de 30 chicas en los últimos 6 años. La mitad habían sido vendidas por sus familias

Hace pocos días, ha quedado visto para sentencia en la Audiencia de Barcelona el juicio contra una pareja de proxenetas acusados de explotar una chica rumana de 15 años, a quien maltrataron y violaron. Los detalles de este caso, relatados por la propia víctima, ponen al descubierto la realidad de una lacra aún muy presente en carreteras, pisos y clubes. Desde 2006, entre Policía Nacional, Guardia Urbana de Barcelona y Mossos d'Esquadra han podido rescatar más de 30 chicas, la mitad han sido en los últimos dos años.

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Son esclavas con sólo 14, 15, 16 y 17 años. Vendidas a menudo por sus propias familias a redes que trafican con personas como quien mercadea con ganado. Las llevan hasta aquí con el pasaporte falsificado aparentando así y con mucho maquillaje que tienen 4 o 5 años más. Pedro Martínez, inspector jefe del grupo primero de la Unidad Central contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales(UCRIF) en Barcelona: "Para salir de Rumanía, por ejemplo,si son menores necesitan la autorización de sus padres, que a menudo están involucrados en este tráfico". La mitad de las menores rescatadas por la policía eran rumanas. También han liberado chicas procedentes de Nigeria, Marruecos, Bulgaria, Lituania y China.

Amenazas y palizas constantes

Una vez aquí son sometidas a palizas y amenazas constantes, si protestan o si sus explotadores sospechan que pueden escapar. Las obligan a trabajar horas y horas sin ningún tipo de compasión. Algunas llegan a trabajar más de 10 horas seguidas cada día, apenas les dan dinero para comer y para preservativos y a menudo tienen que dormir en la misma habitación que sus proxenetas. Para no levantar sospechas, las explota un clan reducido de dos personas, normalmente una pareja, él es quien manda, ella la controla y también se prostituye.

Una pareja fue también quién prostituyó a Ileana-nombre ficticio-, una chica rumana de 15 años que en el año 2009 fue obligada a vender su cuerpo durante meses por las calles de Roma y Barcelona. Recibió palizas constantes y le rompieron el brazo golpeándola con un rodillo de madera, de los que se utilizan en la cocina para amasar. "Me golpeaban las muñecas hasta que me rompieron una", relató la víctima en el juicio, que la semana pasada quedó visto para sentencia en la Audiencia de Barcelona.

A Ileana la rescataron en las calles del Raval de Barcelona. La Guardia Urbana ha detectado algunas menores. Juan Rodríguez es intendente de la Urbana: "Si tenemos que valorar entre ligar los proxenetas y arriesgar a la menor, rescatamos a la menor y ya encontraremos después los explotadores".

Pornografía intantil a la carta

Aparte de la Policía Nacional, los Mossos también investigan estas redes de trata de mujeres y menores a través de la Unidad Central contra el tráfico de seres humanos de la División de Investigación Criminal. En octubre, liberaron 6 menores chinas explotadas por un grupo en pisos de Barcelona a raíz de la operación Turandot, contra una red de proxenetas.

Los proxenetas, dice la policía, evitan exhibirlas y si lo hacen, en la carretera, se visten, peinan y maquillan como mujeres más adultas. No tienen horarios regulares y tratan de esconderlas tanto como pueden. La Policía Nacional advierte también que las redes sociales pueden esconder peligros. Hace dos años trabajaron en el caso de una menor española a quien los proxenetas captaron a través de internet para que se prostituyera a la carta: "Son casos puntuales en que se requiere a las chicas por un servicio concreto. Es muy complicado investigarlo porque deberías pillarlos en el momento", admite el inspector Pedro Martínez.

Mantener relaciones sexuales a cambio de dinero con una menor es un delito castigado con penas de hasta 5 años de prisión, aunque luego aleguen que no sabían la edad.

Las menores rescatadas pasan bajo la tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la Generalitat de Cataluña. Si tienen 15 o 16 años entran en un centro de acogida y si están por encima de los 17 en un piso tutelado. Estudian y buscan trabajo. Algunas, lamentablemente, vuelven a caer en las redes de estos traficantes y siguen arrastrando las cadenas de esta esclavitud.