Terapias de grupo para afrontar la crisis griega

Atenas

Desde que empezó la crisis los suicidios en Grecia han aumentado un 40% y han aparecido asociaciones de consumidores para ofrecer apoyo psicológico a unos ciudadanos desesperados y perseguidos por los acreedores.

No aguantaba más y poco antes de las 9 de la mañana se pegó un tiro en la plaza Syntagma, a escasos metros del Parlamento. Ocurrió este miércoles y, según un testigo, antes de morir dijo: "no quiero dejar todas estas deudas a mi hijo". En la nota de suicidio que llevaba en el abrigo añadía que no estaba dispuesto a buscar comida en los cubos de basura y culpaba al Gobierno griego de destruir cualquier esperanza de supervivencia. Tenía 77 años, era farmacéutico retirado y la pensión no le alcanzaba. Su caso ha desatado una vez más las protestas en Atenas, pero no es el primero.

Desde que empezó la crisis los suicidios en Grecia han aumentado un 40%. En Ekpizo lo saben bien. Esta asociación de consumidores, con cerca de 25 años de historia, atendía hasta hace poco los casos típicos, principalmente problemas con la letra pequeña de los contratos bancarios o con las operadoras de telefonía móvil. En 2008 las cosas empezaron a cambiar, y ahora, el 99% de los casos tienen que ver con socios que no pueden pagar sus deudas. "Hay gente que está muy mal, vienen a la primera cita con el abogado y se ponen a llorar", nos cuenta Mikela, la secretaria.

Tsiafoutis Viktoras, uno de esos abogados, añade que lo peor llegó el año pasado: "Perdimos a tres de nuestros socios, una madre con dos hijos se tiró por el balcón. Teníamos que hacer algo para evitar más suicidios". Y lo hicieron. Como dinero no hay, pidieron ayuda voluntaria a psicólogos y trabajadores sociales, y desde hace dos meses funcionan varios grupos de apoyo, algo similar a una terapia de grupo.

"Asiste gente normal, como tú y como yo, pero con la situación financiera del país es fácil tener algún desequilibrio psicológico", nos explica Alevitrou Eleni, la directora. "Viene gente con depresión, desorientada, que no sabe cómo va a ser el día siguiente". Gente normal que ahora recibe cada día hasta 10 llamadas de acreedores. Gente normal que reconoce mirando al suelo que le quedan 5 euros para terminar el mes. Gente normal, como Elena, de 48 años, que acaba de entrar a la oficina porque hoy tiene reunión con su grupo: "No quería vivir, o pensaba que ya no quería vivir. Cuando vengo y escucho a otras personas que tienen mi misma situación, siento que me es más fácil afrontar mis problemas económicos".

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Le es más fácil gracias a una organización de consumidores, algo parecido a la OCU en España, que ha respondido a los nuevos tiempos en Grecia. Podría ser un caso excepcional, pero están surgiendo iniciativas similares en barrios, escuelas, asociaciones de vecinos. "La gente es está ayudando entre sí sin importar si se conocen o no", concluye Alevitrou Eleni, "el pueblo griego está diciendo a sus políticos, vale, seguid haciendo vuestro trabajo tan mal como siempre, pero nosotros tenemos que sobrevivir". Quizá no sean los cambios que pide la troika, pero quizá algunas cosas sí estén cambiando en Grecia.