España puede perder su "tesoro" marino
La colección recopilada por la Expedición Malaspina 2010 contiene muestras de centenares de miles de especies marinas, con alto valor comercial
Hace un año, un numeroso grupo de científicos españoles dio la vuelta al mundo con el objetivo de recoger miles de organismos marinos para poder estudiar sus genes. El mercado mundial de nuevas patentes de genes marinos genera un negocio de 20.000 millones de euros anuales, pero estos investigadores españoles no pueden optar a él porque no tienen todavía financiación para poder secuenciar el genoma global del océano.
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El estudio de los genes de las centenares de miles de especies que atesora la Colección de la Expedición Malaspina costaría 900.000 euros y podría realizarse en un centro español. Sin embargo, los responsables de esta colección única todavía no han recibido esta ayuda económica que solicitaron hace meses y esto impide que sus aplicaciones industriales puedan venderse en un mercado mundial que mueve 20.000 millones de euros cada año.
"Tenemos la primera colección global del océano y esto tiene un importante valor de mercado-advierte Carlos Duarte, investigador del CSIC y responsable de la Expedición Malaespina-. "Tenemos el potencial de aplicar este extraordinario patrimonio marino en nuevos usos industriales, pero todavía estamos pendientes de la ayuda económica por parte del gobierno central para poder iniciar este proceso de secuenciación del genoma global del océano ".
Por ejemplo, la detección ( y posterior uso industrial) de un gen de una bacteria que vive en el Ártico ha permitido la producción (y salida al mercado) de un nuevo tipo de leche sin lactosa, que puede ser consumida por las personas alérgicas a este alimento tan extendido. Y es sólo una de las aplicaciones prácticas de la secuenciación de un genoma de una especie marinas.
Y la situación puede empeorar. Laboratorios de otros países se han ofrecido ya a analizar de forma gratuita los genes de las muestras de la colección Malaspina, pero esto supondría que este importante patrimonio natural tendría que salir fuera de España y, además, compartir los beneficios que sus aplicaciones industriales podrían generar durante los próximos años.
En la Expedición Malaspina participaron más de 400 científicos y fue financiada por el Ministerio de Ciencia y otros organismos públicos, como el CSIC, con 17 millones de euros.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...