Sin miedo al color
Está por todas partes, pero a la hora de la verdad pocos se atreven a probar las bondades del color blocking, la tendencia estrella para esta temporada
Se ha convertido en uno de los conceptos más repetidos las últimas semanas, y eso que viene pegando con fuerza desde hace un par de temporadas. Pero es esta primavera la que acabará confirmando al color blocking como una de las tendencias dominantes en el mundo de la moda
También es una de las menos entendidas, que por no quedar mal, seguro que son bastantes los que no se han atrevido a preguntar en qué consiste este concepto. La premisa es muy sencilla: hay que perder el miedo al color.
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Ya sea combinando varios en todas las prendas o jugando con uno en distintas tonalidades, la idea detrás del color block es atreverse con el descaro y la osadía para dejar atrás esa vergüenza que muchas veces nos impide llevar en la calle aquello que tanto nos gustó sobre la pasarela. Quien no se arriesga, no gana, esta es la única verdad.
Las firmas al menos así lo han entendido desde el principio, y por eso han incluido en sus colecciones para esta temporada colores en absolutamente todas las prendas que usamos para vestirnos, con especial atención a los pantalones en el caso de los hombres, y a los accesorios en el de las mujeres.
Mejor poco a poco
Claro que antes de lanzarse de cabeza a este mágico mundo de colores es recomendable seguir unas pequeñas pautas para no acabar como el payaso protagonista del anuncio de Micolor. En este ocasión, más que nunca, la anarquía no es una buena opción.
Para empezar, lo mejor es introducir pequeñas pinceladas en nuestro vestuario para acostumbrar a nuestros ojos, sentirnos cómodos y, sobre todo, comprobar de primera mano qué colores sientan mejor, ya que la tonalidad de nuestra piel o el peso, por ejemplo, influyen mucho en el resultado final.
Cinturones, zapatos, pañuelos, carteras, etc. serán desde el principio nuestros principales aliados, ya que se pueden combinar con ropa blanca y negra sin temor a cometer una equivocación.
Escoger un sólo color y bajar la saturación del mismo dentro de la misma gama también es una buena manera de introducirse en esta divertida tendencia (rosa con rojo, violeta con lila, naranja con amarillo...)
Pasada la primera fase, llegó el momento de combinar a nuestro antojo pero siempre apostando por los colores complementarios que todos hemos estudiado en el colegio en alguna clase de educación plástica (azul con amarillo, verde con morado, rojo con azul...).
Eso sí, toma como un ejercicio obligatorio saltarse de vez en cuando esta regla universal. Te sorprenderá el resultado después de juntar colores que nunca creíste que combinarían tan bien. La misma regla aplica a los tejidos. Jugar con telas de distinto material ayuda a que el efecto visual final sea mucho más potente y rompedor.