El Barcelona gana al Panathinaikos y logra la tercera plaza

En el partido que nadie desea jugar, el Barça arrancó pletórico, justo lo contrario que el viernes en la semifinal ante el Olympiacos, que le endosó un 8-0 inicial del que ya no se recuperó.

Xavi Pascual reservó a Navarro, para no agravar la fascitis plantar que viene arrastrando en los últimos meses, pero puso el resto de sus figuras en el parqué desde el primer minuto. Y el partido lo agradeció. Obradovic también contribuyó a que los azulgranas tomaran rápidamente el mando en el marcador, dejando en el banquillo a su quinteto titular, incluido Jasikevicius, que como Navarro, tampoco se vistió de corto ante la intrascendencia del choque.

Así que, con un Marcelinho estelar, el Barça empezó a tomar pequeña rentas en el marcador. El 15-21 del minuto 8 fue la primera ventaja significativa del equipo catalán, aunque la entrada de Diamantidis permitió a Panathinaikos recortar diferencias hasta el 20-21 con el que acabó el primer cuarto.

Sin embargo, los azulgranas, al contrario de lo que les pasó en el primer partido de la 'Final Four', veían el aro de los griegos como una piscina, y el equipo no aflojó. Wallace, Sada y Vázquez se contagiaron del acierto del brasileño y el Barça fue abriendo una brecha cada vez más importante en el electrónico, hasta llegar al descanso con la máxima diferencia que se vio en el choque (37-48).

Panathinakos salió más intenso tras la reanudación y le endosó al Barcelona Regal un 8-1 de inicio (45-49, min.26), gracias a la contribución ofensiva de Maric, el hombre sobre el que recaía todo el juego interior heleno, por la poca participación hoy de Batiste.

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Los de Obradovic empezaron a defender mejor y además ya no sufrían la amenaza de Huertas, que se quedó en el banquillo todo el tercer período. Así fue como el choque se igualó, hasta que Wallace e Ingles, dos secundarios que hoy tuvieron más protagonismo del habitual, encadenaron varias acciones para devolver la máxima ventaja azulgrana (52-63, min.33).

Hubo tiempo para una última reacción helena de la mano de Diamantidis, que logró colocar a su equipo solo cuatro abajo (67-71) a falta de dos minutos para el final. Pero a esas alturas del choque, el espectáculo ya no estaba en la pista, sino en las gradas, donde los seguidores de Olympiacos y Panathinaikos rivalizaban en decibelios con todo su repertorio de animación.

El Pananthinaikos ya no amenazaría más la victoria azulgrana, que pese al resultado de hoy, se marcha de Estambul con la enorme decepción que ha supuesto no alcanzar la final de la competición.

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