La Selección se queda con ganas de más en su estreno en la Eurocopa ante Italia

Sorprendió el seleccionador español con su alineación. Ni Torres ni Negredo... ni Llorente, sino Cesc Fàbregas. El diez de la Roja tuvo que hacer otra vez de nueve mentiroso, lo que aportó más capacidad de combinación a España pero le hizo echar de menos alguna referencia atacante en ciertas fases del partido.

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La receta del técnico salmantino no experimentó variación alguna a pesar de carecer de un nueve. La idea era cuidar el balón y entregárselo rápidamente a los que son capaces de llevarlo con más peligro a la meta contraria. Eso hizo que la pelota pasara casi siempre por Xavi, que buscó insistentemente a Silva y, sobre todo, a Iniesta, gran protagonista de la primera manga del encuentro.

En esa fase del partido, España trenzó mucho pero disparó poco a puerta. Unas veces trató de sorprender el de Fuentealbilla, otras Silva, en ocasiones el propio Cesc... Siempre con combinaciones al borde del área brillantes pero sin obligar demasiado a Buffon. De hecho, antes del descanso Casillas había parado más que el italiano.

La primera gran intervención del capitán español llegó en un libre directo que lanzó Pirlo y que el de Móstoles despejó lanzándose a su costado derecho. Y no fue la única acción con peligro de Italia, sino que hubo más. Entre ellas un disparo cruzado procedente de las botas del recuperado Cassano que también atajó Casillas. El exmadridista fue la principal referencia de los transalpinos en un ataque en el que Balotelli no tuvo tantas ocasiones pero incordió bastante, sobre todo a Piqué.

Pero más incordió Thiago Motta cuando, al borde del descanso, enganchó un cabezazo que paró de nuevo Casillas como principal baluarte del equipo antes del descanso. Porque el fútbol que desplegó España fue meritorio, pero insuficiente para irse al vestuario con ventaja ante una italia renovada, sin complejos, y sin ninguna gana de recurrir al 'catenaccio', sino interesada en buscar la portería contraria.

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Di Natale sustituyó a Balotelli... y marcó

Y el fútbol pareció premiar la traición de Prandelli a la historia del fútbol italiano. Nada más reanudarse el encuentro Pirlo demostró que todavía tiene capacidad de inventar y habilitó de forma magistral a Di Natale, que acababa de sustituir a Balotelli. El delantero del Udinese dejó atrás a Ramos y Piqué y desafió a Casillas, al que batió pese a que el madirdista trató de evitar lo inevitable con su mano izquierda.

El gol no hizo más que demostrar que el partido era un mano a mano en el que podía ganar cualquiera. Prueba de ello es que España no tardó en intentar tapar la herida con un disparo de Iniesta que atajó Buffón. Y lo consiguió con un pase magistral de Silva del que se aprovechó Cesc Fàbregas para hacer el tanto del empate.

La jugada que había intentado una y otra vez España terminó cuajando. Era como si el destino quisiera que no sirviera para abrir el marcador, sino para igualarlo. Así fue. Xavi se asoció con Silva en la frontal del área y este vio cómo Cesc intentaba de nuevo romper la defensa italiana entrando desde atrás. Hacia él fue la pelota. Y Buffon no pudo hacer nada esta vez.

Torres tampoco acertó con la portería de Buffon

A pesar de haber logrado el empate, Del Bosque se dio cuenta de que el partido necesitaba un cambio de rumbo. Por eso sacó a Navas, que no tardó en crear peligro. Y como sus centros necesitaban un rematador, Torres saltó al campo con 17 minutos por delante. A la primera no acertó en el mano a mano. Era similar al de la final de la anterior Eurocopa, pero Buffon fue más listo y evitó el peligro.

Tampoco acertó Torres cuando en una contra pudo enviar un pase atrás que podría haber puesto en serios apuros a la defensa italiana. Ni cuando tiró una vaselina por encima del meta de la Juve y el balón salió rozando el larguero y demostrando que esta no sería la tarde en que volviera a marcar en partido oficial con España.

La Roja se puede conformar en cualquier caso con las buenas sensaciones que le deja el debut ante Italia, ya que ha empiezado la Eurocopa sin perder ante un gran rival -Marchisio pudo marcar para los azules a dos minutos del final-, con las opciones intactas de acabar como primero de grupo y con la misma capacidad de siempre para trenzar el mejor fútbol.

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