Tiempo de verano, ganas de viajar

El verano revoluciona las ganas de abandonar por unos días el escenario donde pasamos nuestra rutina. Salir, desconectar, conocer, descansar... son las prioridades en etapa vacacional. Descubrimos dos destinos que ofrecen una oferta de actividades alternativas y enriquecedoras, desde la cultura a la relajación. Unas pincelas sobre la gran variedad de culturas, paisajes, y gentes que nos rodean y no quedan demasiado lejos de España.

Chauen, una experiencia para todos los sentidos

El primer destino de nuestra ruta descubriendo destinos alternativos es Chefchaouen. Una localidad marroquí al norte del país, muy cercana a España. Chaouen es toda una experiencia para los sentidos. La estética del lugar es un deleite para la vista. Todo el entorno está impregnado de un agradable color azul. La experiencia continúa con el olfato. Los olores que envuelven al pueblo son una mezcla de especias e inciensos.

Los lugares de interés turístico son la Plaza Uta-el-Hammam donde converge una amplia oferta de establecimientos para tomar un té, disfrutar de un auténtico cous-cous, o dátiles de la más alta calidad y donde deben acudir los visitantes si quieren hacerse el típico tatuaje de henna. La Mezquita de los Españoles está situada en una loma al este de la ciudad desde donde podremos contemplar las mejores vistas de la urbe.

Para los visitantes extranjeros los precios de Marruecos , no suponen un gran esfuerzo para el bolsillo. Tendremos que cambiar nuestros euros en casas de cambio por dírhams. La comida es barata y la oferta de alojamientos es amplia. Para los que vayan más pillados de ahorros la opción del Hotel Bab el Ain es una buena opción. Las habitaciones tienen lo necesario para asearnos y descansar aunque el cuarto de baño no es quizá a lo que estamos acostumbrados pero para los más aventureros puede aportar un toque más auténtico a la estancia. Para las carteras más amplias Chefchauen tiene hoteles con más prestaciones como Riad Dar Echchaouen.

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Como plan alternativo podremos disfrutar de una experiencia en Hamman. Un baño árabe envuelto en vapor, para asearnos y relajarnos. A primera vista, la impresión que puede causar a los ojos europeos un auténtico hamman, es de espacio poco limpio y ruinoso, pero la experiencia vale la pena y nos acerca un paso más a la cultura árabe.

Oporto, una postal espléndida de luz y color

Otra opción cercana, económica y encantadora es Oporto. Dejar de visitar el país vecino, supondría privarnos de exclusivos paisajes, una rica gastronomía y playas espléndidas. La localidad se encuentra en la desembocadura del río Duero en el océano Atlántico, lo que llena de encanto al lugar. El paisaje de la Ribeira, la orilla del Duero, en verano conforma una bonita postal para ser fotografiada.

El casco histórico de la localidad, proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, se puede recorrer a pie ya que las distancias entre los lugares de interés turístico no son largas. Aun así la experiencia de dar una vuelta por la ciudad portuguesa en tranvía no tiene desperdicio. Al más puro estilo tradicional, el conductor al llegar al punto final de la línea tiene que cambiar los cables guía para hacer el camino en la otra dirección.

Para los amantes del buen vino, la ciudad ofrece de una las variantes más populares, el oporto, con una tradición histórica de más de 300 años . Lo que diferencia a este vino del resto es el toque de aguardiente que se le añade antes de que termine la fermentación de todo el azúcar, para así conservar la dulzura de las uvas y un alto nivel de alcohol. En las bodegas de la ciudad podremos degustar un oporto tinto o blanco, de envejecimiento en madera o botella, de añada o sin añada, y conocer las múltiples combinaciones.

Si te han convencido, ya solo queda hacer las maletas y embarcarse en una de estas dos opciones de veraneo distintas a los comunes viajes de sol y playa en las costas. No te lo pienses dos veces, no te dejarán indiferente.