Cinco años sin Ingmar Bergman
El director de 'El séptimo sello' murió a los 89 años en una pequeña isla sueca
Según contó una de sus hijas hace hoy cinco años, Ingmar Bergman murió tranquilo. El referente internacional del cine metáfisico, logró silenciar ese universo atormentado y oscuro que tantas películas le ha inspirado. La soledad, la pareja, la muerte o Dios son temas fijos en su filmografía.
La religión fue siempre una influencia importante en su vida, principalmente en su infancia. Bergman recibió una educación muy estricta y religiosa. Su padre, pastor luterano, solía castigarle encerrándolo en un armario, de ahí la necesidad del director sueco de crearse su propio mundo de fantasía. De hecho, declaró más de una vez que toda su creatividad provenía de su niñez.
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Su pasión por el cine comenzó unas navidades cuando sus padres le regalaron un pequeño cinematógrafo de juguete. Desde entonces, allá por los años 20, han llovido sesenta películas y un puñado de guiones que otros directores se encargaron de rodar. A pesar de su afición al teatro (llegó a estar al frente de varias compañías), el éxito internacional no le llegó hasta el año 1956 con la película 'El séptimo sello'. Después vinieron títulos tan importantes como 'Fresas salvajes' (1957), 'El manantial de la doncella' (1959), 'Como en un espejo' (1961), 'El huevo de la serpiente' (1977) y 'Fanny y Alexander' (1983). Tras esta última, dijo adiós a la gran pantalla y se dedicó a los telefilmes.
Para muchos, es el director más importante de la historia del cine. Consideraciones personales a un lado, las estanterías de Bergman estuvieron siempre llenas de premios. Tres de sus títulos fueron premiados con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa: 'El manantial de la doncella', 'Como en un espejo' y 'Fanny y Alexander'.
Bergman solía trabajar siempre con las mismas personas porque para él lo importante era entenderse sin palabras. Se vanagloriaba de haber rodado sesenta películas y haber tenido solamente tres operadores de cámara. Además, elegía muy bien a los actores. Nombres como Gunnar Björnstrand (escudero del protagonista en 'El séptimo sello') o Ingrid Tulín le han acompañado a lo largo de toda su carrera.
El cine, que en palabras del director "a veces era un obligación, pero siempre una obsesión", no le privó nunca de su otra gran pasión: las mujeres. Bergman estuvo casado cinco veces, tuvo numerosas amantes y fue padre de ocho hijos.