La depresión postvacacional se ha reducido un 14% con respecto a 2011

El número de trabajadores que regresan al trabajo sin padecer los síntomas de depresión postvacacional ha aumentado en 14 puntos porcentuales respecto al año anterior, según el Informe Randstad sobre el estado anímico a la vuelta de las vacaciones. Un 53% de las casi 1.000 personas encuestadas en toda España afirma no tener esta patología en el regreso a su puesto laboral, cifra que en 2011 alcanzaba el 39%.

El estrés que provoca la reincorporación al puesto laboral provoca en los trabajadores una desazón que hace que éstos, en su mayoría, necesiten "entre una y dos semanas para adaptarse y desarrollar su actividad profesional con normalidad", explican los expertos.

Randstad recomienda que los empleados se marquen "objetivos sencillos" en la primera semana de trabajo tras el tiempo de asueto. Además, fijar prioridades e intentar regresar de las vacaciones dos o tres días antes de la incorporación al trabajo sirve "para conseguir el ritmo laboral anterior y adaptarse con mayor facilidad", indican los especialistas. También aconsejan ser positivos y constructivos, planificar tareas y establecer un orden de importancia, y tener una comunicación fluida con el resto de compañeros. "Esta primera toma de contacto posibilitará conocer de inmediato y de primera mano los temas más urgentes", apuntan.

Las comunidades que mejores índices de buen ánimo han presentado durante la vuelta al trabajo han sido Castilla-La Mancha (38%), Madrid (37%) Canarias (31%) y Aragón (21%). Por contra, en Asturias y País Vasco se han aumentado los índices de estado anímico bajo al volver del periodo estival.

Irritabilidad, insomnio y tristeza son algunos de los síntomas

Esta patología que presentan algunos trabajadores tras disfrutar de su descanso anual es un trastorno que "dificulta la adaptación al nuevo ritmo laboral y se manifiesta en irritabilidad, insomnio o tristeza", manifiestan desde Randstad. Además, puede ocasionar "dolores de cabeza, alteraciones en el apetito o desmotivación", añaden.

El informe además desgrana la incidencia del grado académico del empleado en la posibilidad de padecer síndrome postvacacional. En este sentido, se atestigua que las diferencias "son inexistentes", ya que los trabajadores universitarios o formados en FP estresados "superan ligeramente a los que niegan padecer este trastorno", manifiestan.

En cuanto a la estratificación

por edades, los empleados de entre 16 y 24 años no sufren esta patología en un 60% de los casos, mientras que entre los 45 y los 65 años, la cifra se reduce hasta el 53,5%. Es decir, a mayor edad, "más nos cuesta volver a la rutina", señalan.

Los hombres encaran la vuelta a su empleo con menos problemas. De esta forma, un 60% de ellos reconoce no sufrir estos síntomas, porcentaje que en las mujeres desciende hasta el 48 %.