El Real Madrid demuestra en Sevilla su falta de orden y de energía

Segunda derrota del Real Madrid en cuatro partidos frente al pleno del Barcelona. Ocho puntos sacan los blaugranas a los blancos en los primeros compases de la Liga. En Nervión se vieron las razones. Al Real Madrid le falta fuerza y templanza, además de orden, un factor que no contribuye a corregir un Mourinho que, por ejemplo, puso a Khedira en tres demarcaciones distintas a lo largo del encuentro.

El partido comenzó como si estuviera acabando y tanta intensidad llevó al Sevilla en dos ocasiones a la cara de Casillas. En la primera tiró Navas y Negredo llegó forzado al rechace del guardameta del Real Madrid. Pero en la segunda, recién cumplido el primer minuto del encuentro,marcó el Sevilla.

Fue en un saque de esquina lanzado por Rakitic que remató solo Trochowski. Genial el movimiento de todos los delanteros del Sevilla para llevar a los defensas prácticamente a la línea de meta y dejar que el polaco marcara solo pese a haber casi veinte jugadores en el área.

En ese momento, el primer minuto del duelo, el Real Madrid estaba a ocho puntos del F.C. Barcelona, que acababa de pasearse por Getafe (1-4) con goles de Adriano, Messi (2) y Villa. El Real Madrid reaccionó, pero no echando mano de su clase, sino más bien de un exceso de adrenalina. Y aunque Higuaín convirtió la tensión en ocasiones también demostró que no estaba en su sitio cuando le tiró una patada por detrás a Navarro.

Apareció también Cristiano como si el Madrid atacara por orden de lista, pero no por mucho tirar a portería acabó perforando la meta de Palop. Y es que el Madrid no sabía lo que era el juego colectivo. Con Özil demostrando una vez más que a poco que haga Modric le quita el puesto y con Di María demasiado distraído -o cansado- como para buscar el balón, el Sevilla lo tenía muy fácil para encontrarse con la pelota y lanzar contragolpes.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Por eso los nervios no desaparecieron del juego, lo que a punto estuvo de dejar a los blancos -en esta ocasión de verde- con diez jugadores sobre el terreno de juego. Tuvo suerte de que Undiano Mallenco no se atreviera a mostrar una tarjeta a Di María cuando lanzó un puñetazo que voló por el aire aunque parecía tener como objetivo el rostro de Rakitic. Habría sido la segunda amarilla -en caso de no haberle sacado la roja-, ya que solo unos minutos antes el argentino le había regalado una parada por detrás a Negredo.

Fue con esos ingredientes con los que se cocinó el partido: con un Real Madrid muy descentrado y un Sevilla muy trabajador que casi todas las pérdidas de los de Mou las transformaba en contras que a buen seguro Casillas no veía con agrado avanzar hacia su portería. Pero unas veces por el buen repliegue de los madridistas y otras por falta de frescura de los sevillistas, la historia quiso que los verdes se fueran solo al descanso perdiendo por un gol.

En ese momento Mourinho ya tenía claro que no era día para Di María y Özil, que habían hecho demasiados méritos para irse fuera del terreno de juego. Entraron en su lugar Benzema y Modric. Este último, uno de los jugadores que hoy por hoy más ilusiona al madridismo, no tardó en ofrecer su primer destello. Su disparo lejano puso en apuros a Palop, que tocó lo justo para desviar una pelota que acabó pegando en el palo.

Pero no hizo mucho más el croata, que en su intermitencia se volvió a parecer al hombre al que aspira a quitar el puesto. Eso no supuso que descendiera la intensidad del encuentro, sino todo lo contrario. Porque Negredo puso poner el 2-0 en el marcador aunque mandó su disparo a la derecha de Casillas. E inmediatamente Higuaín volvió a tenerla, aunque Palop le aguantó hasta el último segundo para acabar resolviendo una acción que parecía destinada a suponer el empate. La mejor ocasión fue para Ramos. Recibió la pelota casi en la línea de fondo, pero llegó forzado al envío de Benzema y la pelota tocó el larguero antes de irse por la línea de fondo.

Los viajes de una portería a otra daban buena muestra de las virtudes y defectos de unos y otros: de la capacidad del Sevilla para montar contras y la del Madrid para asomarse a la portería contraria con poco. Pero también la dificultad del Sevilla para transformar sus ocasiones en gol y el escaso aliento que parece tener el Real Madrid en el inicio de la temporada.

Quizá fue por eso por lo que Cristiano no pudo aprovechar su última gran ocasión, cuando recibió por el centro y cuando ponía la directa hacia Palop llegó Navarro desde atrás para quitarle la cartera. Como a su equipo, le faltó aire.

Y le va a hacer falta al Real Madrid, porque ya está a ocho puntos del rival en la Liga. Queda mucha, pero es una ventaja que le llega al Barcelona para acudir con cierta confianza al primer gran Clásico del campeonato que se jugará en el Camp Nou el próximo 7 de octubre.

Más deportes en Cadenaser.com | Fútbol | Baloncesto | Tenis | Fórmula 1