Un silenciador para pesados candidato al anti-Nobel 2012
Cada año, las investigaciones científicas más raras reciben su reconocimiento
Todo tiene que tener su antagónico y los permios Nobel no iban a ser menos. Cada año se celebran los anti-Nobel para premiar a las investigaciones más absurdas de la comunidad científica y que se entregarán en una ceremonia que se celebra en la Universidad de Harvard, en Massachusetts.
Los psicólogos que descubrieron que al ir hacia la izquierda la mítica torre Eiffel de París parecía más pequeña, los neurocientíficos que hallaron actividad cerebral en un salmón muerto, y los diseñadores de un dispositivo que puede silenciar a los fanfarrones están entre los ganadores de los premios Ig Nobel o anti-Nobel 2012 a los descubrimientos más raros.
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Para la ceremonia, ex ganadores de los auténticos Nobel entregan los anti-Nobel a otros candidatos como unos investigadores estadounidenses que descubrieron que los chimpancés pueden reconocer a otros chimpancés mirando fotos de sus traseros, o a un investigador sueco por resolver el misterio de por qué el pelo de la gente se volvía verde al vivir en ciertas casas de la localidad de Anderslöv, en Suecia. Una combinación de tuberías de plomo y duchas calientes era la culpable.
Entre lo favoritos, el experimento de Acústica. Los investigadores japoneses Kazutaka Kurihara y Koji Tsukada crearon el 'inhibidor de discursos'. Una máquina que interrumpe el discurso de una persona reproduciéndolo con un ligero retraso.
"Es una cosa pequeña que usas para alguien que está hablando y hablando", dijo Abrahams. "Lo que escucha la persona es lo suficientemente bajo como para desconcertarlo completamente, y dejan de hablar. Tiene miles de buenos usos potenciales".
El pensamiento de un salmón
Uno de los estudios más célebres y que más se ha merecido ganar este premio fue la investigación que detectaba actividad cerebral significativa en un salmón muerto.
Es estudio, que comenzó como como una broma, pronto dio sus frutos gracias a Craig Bennett de la Universidad de California. Este científico se encarga de estudiar el desarrollo cerebral de los adolescentes usando imágenes por resonancia magnética funcional (IRM), una técnica para medir la actividad cerebral.
Antes de empezar las pruebas con las personas, los científicos primero revisan sus equipos usando un objeto fantasma, normalmente una esfera llena de aceite mineral. Pero en esta ocasión Bennett y sus colegas decidieron probar con un salmón muerto al que enseñaron fotografías para que determinara qué emoción estaba sintiendo.
"Mediante opciones al azar y por un simple ruido, vimos pequeños puntos de datos en el cerebro del pez que se consideraron como activos", dijo Bennett. "Fue un falso positivo" aclaró después.
Con este estudio se vieron los peligros de la ciencia IRM y sus señales falsas, y subrayó la necesidad de hacer correcciones estadísticas para salvaguardarse de este tipo de hallazgos estúpidos. "Es un gran momento pedagógico sobre cómo deberíamos procesar los datos IRM", dijo.