Perfil de 'Paoletto', el mayordomo infiel del papa
Muchas veces comía con el papa, que le consideraba como a un hijo
Nacido en Roma, de 46 años, casado y padre de tres hijos, vive dentro el pequeño estado de la Ciudad del Vaticano y todas las mañanas al alba de los últimos seis años era el encargado de ayudar a Benedicto XVI a vestirse y era el último que se despedía del apartamento tras ayudar al Pontífice, de 85 años, a acostarse.
Paolo Gabriele, conocido como 'Paoletto' trabajaba en el apartamento papal desde 2006, tras estar al servicio del prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo James Harvey.
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De tez morena, semblante serio y siempre vestido con camisa blanca y traje negro, impecable, 'Paoletto' acompañaba al papa en sus desplazamientos y era normal verlo junto al conductor del jeep en el que el Pontífice recorre la plaza de San Pedro del Vaticano.
Nadie pensaba que este hombre de comunión diaria pudiera ser 'Il Corvo', como se conoce en Italia a la persona que robó y filtró centenares de documentos reservados del papa, que estaban en el apartamento pontificio.
Esos documentos saltaron a la luz pública en varios programas de televisión italiana y conformaron el libro-escándalo Sua Santita, de Gianluigi Nuzzi, que desveló secretos e intrigas vaticanas.
Tras publicarse el libro el 19 de mayo pasado y descubrirse que algunos de los documentos publicados sólo pudieron salir del apartamento papal, el secretario Ganswein llamó a toda la 'familia pontificia' para pedir explicaciones.
Todos negaron, incluido 'Paoletto', y cuando Ganswein le arrinconó mostrándole un documento que ni siquiera había sido archivado, el mayordomo volvió a declararse inocente y acusó a los presentes de querer hacer de él un chivo expiatorio.
Ese mismo día, 23 de mayo, la Gendarmería Vaticana descubrió en su domicilio numerosos documentos, que había fotocopiado, y fue detenido. Pasó 53 días en una celda de seguridad del Vaticano, hasta que se le concedió el arresto domiciliario.
La detención cayó como un jarro de agua fría en su entorno. Según declararon las cuatro laicas del apartamento papal, Paoletto "parecía una buena persona, siempre gentil, pero reservada".
"Realizaba su trabajo de la mejor manera posible y era una persona muy pía. Diariamente escuchaba la misa oficiada por Su Santidad y rezada mucho", señaló una de las laicas. Otra subrayó que era muy inteligente y que todos le tenían en gran estima.
El secretario Ganswein dijo que Paoletto necesita, no obstante, en su trabajo "ser continuamente encaminado y guiado".
"Era un ejecutor al que no se le podían confiar tareas diferentes y muchas veces era necesario repetirle más de una vez las cosas. No obstante, consideré que podía desarrollar algunos trabajos rutinarios de mi despacho. Siempre cosas sencillas, escribir alguna carta en italiano, cosas normales", le describió Ganswein.
El secretario del papa resaltó, no obstante, que siempre le pareció una persona muy honesta, de cuya lealtad no se podía dudar". Por ello, le encargó algunas labores del despacho, lo que le permitió conocer el flujo de documentos que entraban en el mismo.
'Paoletto' admitió después en los interrogatorios, según el informe de la fiscalía vaticana, que tomaba los documentos, los fotocopiaba y entregabas las copias a Nuzzi.
¿Por qué lo hizo? Según confesó para ayudar a Benedicto XVI. "Viendo mal y corrupción por todas partes en la Iglesia, estaba convencido de que un 'shock' mediático (la publicación de los documentos) podía ser bueno para llevar de nuevo a la Iglesia por el buen camino", afirmó. Y no quedó ahí, 'Paoletto' agregó que se sentía "infundido por el Espíritu Santo", que le pedía eso.
Sometido a varios peritajes psiquiátricos, los especialistas señalaron que es una "persona correcta, normal, sensible y tal vez con una profunda inseguridad y falta de afecto", lo que le llevó a cometer esos actos.
'Paoletto' en estos meses ha ido a misa y reunido con su familia. Sigue viviendo en el Vaticano y cobrando el sueldo mensual, según fuentes vaticanas.