El opinómetro
Cuando las cosas iban muy mal, pero un poco antes de que llegaran a peor, al entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se le ocurrió poner en marcha un plan al que llamó plan E y que se escribía con mayúsculas. El objetivo declarado por el Gobierno fue el de impulsar la obra pública en los municipios españoles y generar más de 200.000 contratos. Este aluvión de dinero hubo que gastarlo con prisas, lo que facilitó que muchos alcaldes sacaran de los cajones proyectos abandonados por falta de financiación, entre las que se incluían algunas obras inútiles y algunos proyectos inservibles. No lo digo yo, lo ha dicho el Tribunal de Cuentas en su informe sobre la gestión de estos fondos.
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En Málaga, por ejemplo al ayuntamiento se le ocurrió destinar parte de este dinero a instalar en sus calles 25 opinómetros. En distintos puntos de la ciudad, el área de participación se gastó en torno a 200.000 euros en colocar unas maquinitas donde los ciudadanos podían exponer su opinión, entre otras cosas, sobre el estado de las zonas verdes, lo que les parecía el tráfico, o aportar algunas quejas o algunas sugerencias. A la oposición en Málaga, el coste les pareció excesivo y la creación de empleo poca, por no decir ninguna. Sin embargo, el alcalde, Francisco de la Torre, hizo una encendida defensa de estos artilugios afirmando que todo lo que fuera acercar la administración al ciudadano y conocer sus opiniones le parecía bien.
Hete aquí que hace unos días se conocieron los primeros resultados de los opinómetros colocados en el año 2009. Y miren por dónde, los ciudadanos que han decidido utilizarlos lo han hecho para desaprobar mayoritariamente la gestión municipal en Málaga. En sus respuestas, a un 61% de ellos, la gestión en esta ciudad les parece regular, mal o muy mal.
El hecho no tendría demasiada importancia si no fuera por la réplica del alcalde al primer balance del opinómetro. Francisco de la Torre considera que los datos tienen escasa importancia y son poco científicos, o lo que es lo mismo, que no sirven de nada.
Pero, claro, eso fue lo que dijo la oposición hace justo tres años, antes de instalarlos y, pese a ello el equipo de gobierno decidió gastarse en ellos 200.000 euros dentro del paquete de proyectos que iban a generar empleo en la ciudad. En concreto, un empleo o ninguno.