El 'caso Bárcenas' hunde la reputación online de Mariano Rajoy

Madrid

Internet y las redes sociales volvieron a marcar ayer un día para la historia en nuestro país. Con una intensidad de comentarios y noticias que no se recordaba desde el 15-M, los documentos con las cuentas secretas de la tesorería del PP llevaron la 'Marca Rajoy' a contaminarse de términos como dimisión, Bárcenas o cobros en "B", dañando su reputación online y llegando a provocar concentraciones espontáneas a las puertas de las sedes del Partido Popular.

"Estamos ante una tormenta perfecta para el Partido Popular en Internet y las redes sociales, si esto se hubiera producido con una empresa, mañana esa empresa estaría quebrada, y si se hubiera producido con el ejecutivo de una empresa, probablemente mañana tendría que dimitir". Esta es la conclusión a la que llegó César Calderón, director ejecutivo de Pensamiento Público, que analizó en 'Hora 25' el comportamiento de Internet durante todo el día de ayer en relación con los documentos sobre las cuentas del PP.

Con una intensidad que no se recordaba desde el 15M, y que incluso supero en algún momento, twitter llegó a registrar hasta 800 comentarios por minutos, en pocas horas se habían emitido 250.000 tweets y habían hablado de #lospapelesdeBárcenas más de 140.000 usuarios. Solamente en Change.org en dos horas se habían recogido 200.000 firmas pidiendo la dimisión de la cúpula de PP.

Pero el peor parado no fue el Partido Popular en su conjunto, sino la marca 'Mariano Rajoy'. En Internet y en las redes sociales se ha contaminado su nombre, en su nube semántica se habla de corrupción, dimisión, millones y cobros en "b". Sin embargo, la palabra que más daña la reputación online del presidente del Gobierno es 'Bárcenas'.

Y como desde hace tiempo lo que ocurre en internet se traslada a la calle, el fiel reflejo de la indignación que se materializó en las redes sociales fueron las concentraciones espontáneas de cientos de personas en las diferentes sedes del partido popular, pidiendo #RajoyDimisión.

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