Todas las barbas tienen su secreto
Y la pesadilla de nuestras abuelas se hizo realidad. Hablamos, por supuesto, de la proliferación de las barbas, que casi sin darnos cuenta han pasado de ser señal de dejadez estética a toda una declaración de intenciones que va más allá del mundillo moderno.
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Que sí, que hasta hace nada solo era imposible encontrar una cara despejada en barrios madrileños como Malasaña, pero el culto al vello facial por fin ha roto barreras y se ha extendido por todos los rincones del país. Una moda que, por cierto, se contagia para alegría de padres, que al fin pueden demostrar que ellos fueron los primeros hipsters; treintañeros, que saben que una barba siempre suma puntos de cara al ligoteo; adolescentes, que ya no tienen que sufrir la humillación de sus iguales cuando aparece la pelusilla en sus mejillas; e incluso bebés, que ya no lloran asustados ante la presencia de un familiar con demasiado pelo en la cara.
Vamos, que la barba se ha convertido en un básico de nuestro día a día, en un accesorio más con el completar nuestro look más estudiado. De ahí que saber cuidarla sea mandatorio para todos los que quieran lucir la suya con la misma confianza que actores como Mario Casas o Miguel Ángel Silvestre, por poner dos ejemplos recientes, lucieron las suyas en la alfombra roja de los Premios Goya.
Y es que el vello facial es como un jardín: cuanto más se controla el crecimiento más bonitas son. Por eso las recortadoras y afeitadoras domésticas de resultado profesional son hoy un habitante imprescindible en el neceser masculino. En el mercado las encontramos para todos los gustos, desde las más precisas como la Philips SensoTouch RQ1195, con tecnología DualPrecision y perfilador con 5 posiciones, o la Braun Seires 7790, con tecnología Sónica Modulable y centro cargador y de limpieza; hasta las exclusivas para llevar de viaje como esta Taurus I-Shave, que además tiene un diseño que la convierte, más que en una afeitadora, en una pieza de arte.
Pero controlar el vello masculino no es algo que se reduzca a la cara. De hecho, para nada sirve que tengamos una barba impecable si dejamos sin control el pelillo que puebla las orejas o los orificios nasales. Unas zonas rebeldes a las que llegaremos sin problemas con sets de cuidado personal como el Philips GQ3030/10, que incluye cabezales especiales para recortar lo que nunca debería haber crecido.
Incluso el cuerpo pide su espacio en esta moda de amor al pelo, sobre todo ahora que empezamos a asumir que las depilaciones totales del típico metrosexual se quedaron en los años 90. El vello en el cuerpo es alegría, pero una vez más, siempre que lo controlemos. A ello nos ayudaran máquinas como la recortadora Babyliss multiusos, que se puede usar incluso debajo del agua. ¡A recortar toca!