Los recortes en la industria se ceban en el empleo fijo

En la segunda recesión de la economía española en esta crisis, la iniciada en el cuarto trimestre de 2011, los recortes de plantilla en la industria están llegando al "hueso" de las empresas, al empleo fijo, que fue el más afectado por los despidos en 2012, y se multiplican las empresas de larga trayectoria que anuncian el cierre de plantas.

Con los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2012, elaborados por la federación de Industria de CC OO, en la minería, industria metalúrgica, de defensa, bienes de equipo, automocion e ingenierías, el año pasado se perdieron en España 127.500 empleos, de ellos 105.500 fijos, casi cinco de cada seis. El secretario general de esta federación, Agustín Martín, de CC OO, sostiene que "las empresas han ido directamente al despido de plantilla indefinida y a reducir drásticametne los porcentajes de empleo fijo".

Nombres bien concocidos en la historia industrial de este país, de capital autóctono y foráneo, han llevado a cabo o anunciado cierres de plantas de producción. Arcelor Mittal, General Dynamics, Derbi, o Yamaha, en el sector del Metal; Ercros, en el químico; Roca, en el cerámico, y otras menos conocidas, pero también de larga trayectoria, como Vestas, ABB, Unión Naval de Valencia, y muchas más, apuestan por el abandono de la producción en todos o algunos de sus centros de producción.

Algunas de estas empresas atraviesan serias disficultades. Pero otras, según Manuel Fernández "Lito", secretario general de la federación del Metal y Construcción de UGT, están aprovechando la reforma laboral para ajustar barato. "Hay empresas que están yendo bien, que tienen mercado y beneficios, pero se quieren deslocalizar, y aprovechan la reforma laboral".

Esta pérdida de plantas industriales supone además un impacto muy negativo en las comarcas afectadas, golpeando al tejido de empresas auxiliares y servicios a ellas vinculados. Desaparece empleo estable, relativamente bien remunerado, con la consiguiente repercusión en una merma en las cotizacnes a la Seguridad Social y a la capacidad de compra en esas zonas, castigando aún más un consumo ya debilitado tras más de cinco años de crisis.

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