"La Iglesia debe replantearse temas tabú"

En declaraciones a la SER, la religiosa guipuzcoana Josune Arregui, pide al nuevo papa que "revise todo lo que haya que revisar" y demanda un cambio de rumbo para evitar que millones de mujeres abandonen la Iglesia desencantadas por la visión masculina impuesta por la jerarquía.

Nacida en Mondragón, Josune Arregui, carmelita de la Caridad Vedruna es desde hace tres años la secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales. Un organismo que agrupa a casi 2.000 líderes de órdenes religiosas a las que pertenecen alrededor de 800.000 religiosas con presencia en un centenar de países en todo el mundo.

Desde su sede en Roma, frente al Castel Sant Angelo, Arregui ha conversado con la SER sobre los retos que afronta la Iglesia desde la visión de las religiosas que, a través de las distintas congregaciones, desarrollan su misión evangelizadora en todo el planeta, con una activa presencia en tareas asistenciales, sanitarias y educativas.

"La Iglesia debe tener muy presente el ejemplo samaritano"

"Creo que la Iglesia debe tener muy presente el ejemplo samaritano, el estar al lado de los que sufren, los olvidados de este mundo. Muchas veces vemos cómo, ante un conflicto bélico o un desastre natural, los religiosos o misioneros son de los pocos que no se marchan, que se quedan con los niños, los enfermos o los ancianos. Para mí, eso vale más que cien homilías", explica Arregui.

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Por eso, considera que uno de los retos que tiene el nuevo papa ante sí es cambiar la imagen de la Iglesia para adecuarla mejor al mensaje de Jesús. "Tenemos la mejor noticia que comunicar pero a veces se presenta con tal hieratismo, con un boato y una riqueza, que se diluye ese mensaje. Y ahí entra por ejemplo la visión de la mujer. La imagen masculina de la Iglesia echa para atrás a media humanidad, que somos nosotras, las mujeres".

Sacerdocio femenino

Ante la pregunta directa de si reivindica el sacerdocio femenino la respuesta es clara. "La Iglesia debe replantearse temas hasta ahora tabú. No vale con responder que ese asunto está cerrado y no hay nada que hablar. Es evidente que no está cerrado porque sale y vuelve a salir de modo recurrente, y yo, leyendo a expertos teólogos, no encuentro una razón dogmática convicente que excluya esa posibilidad. Y no es sólo el sacerdocio femenino, es el clericalismo que impregna toda la estructura jerárquica y el papel subsidiario de la mujer en cualquier toma de decisiones en una Iglesia que está sostenida desde la base por muchas mujeres".

Para Arregui replantear esta cuestión es un asunto urgente porque de otro modo "la Iglesia corre el riesgo de que la abandonen millones de mujeres en todo el mundo". "Creo que es importante que el nuevo papa y la Iglesia en su conjunto tengan una nueva mirada para replantarse todo lo necesario, no considerar nada como un asunto cerrado y sin debate posible".

Arregui pide en definitiva una Iglesia "testimonial en las formas, que busque la unidad de todos los cristianos, que camine junto a los pobres y que revise todo lo que tenga que revisar, tanto en su organización interna como externa, porque todo es revisable con tal de mantener el Evangelio de Jesús, que es lo único que nos compromete".