El Real Madrid se conforma con un empate en La Romareda

Con la cita de la 'Champions' -la competición que obsesiona en Chamartín - en cuatro días y con el asunto de Casillas, que con el alta médica pero sin la "competitiva", en el candelero, el Madrid se plantó en La Romareda con la opción de recortar dos puntos al Barça, que minutos antes se dejó dos puntos en Balaídos. Pero sin mucho convencimiento y con un impetuoso Zaragoza enfrente los blancos se conformaron con un empate en el que los goles los firmaron Rodri en el bando aragonés y Cristiano en el madrileño (1-1).

Con el Galatasaray a la vista Mourinho no dudó en sacar un 'once' con varios secundarios en La Romareda. Se quedaron en el banco Coentrão, Xabi Alonso, Khedira, Özil, Di María y Benzema. Aunque lo del francés tiene más pinta de castigo que de descanso. No parece muy probable que el francés juegue de inicio el miércoles ante los turcos en el Bernabéu.

Sin Xabi Alonso ni Özil en la cancha el juego del Madrid se espesa. Lo pasan los blancos mal, muy mal. Se quedan sin ideas. Esta vez no fue una excepción. Con Essien y Modric con la batuta, al Madrid no le bastaba con el ímpetu. No era suficiente porque además enfrente había un Zaragoza con más ganas y con las ideas mucho más claras. Bien plantado en el campo, replegado sin balón y con mucha velocidad en cuanto robaba la pelota el equipo maño consiguió adelantarse sin haberse contado siquiera diez minutos de partido.

La jugada nació en un despiste de Modric en la medular. Una pérdida de balón del croata la aprovechó Apoño, que vio adelantado a Rodri. El atacante soriano, muy veloz, ganó la espalda a los centrales madridistas y encaró de forma magistral a Diego López. Un inicio inmejorable para el equipo de Jiménez, que mantuvo la intensidad y no se desvió ni un ápice del guión preestablecido.

En el otro bando, los blancos lo intentaron con más ganas que ideas. Pocas oportunidades crearon pero al Madrid no le hace falta demasiadas ocasiones para hacer gol. Al borde del descanso en una jugada en la que participaron Pepe, Higuaín y Cristiano el delantero luso batió a Roberto por bajo para poner la igualada en el marcador. Una pena demasiado dura para un Zaragoza que demostró más en el primer acto.

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A pesar de que los madridistas pudieron adelantarse en el minuto tres de la segunda mitad en una jugada en la que un Marcelo mucho más entonado que en envites anteriores estrelló la pelota en el palo izquierdo de Roberto a Mourinho no le gustaba lo que veía y, como ya es habitual en él, hizo los tres cambios de una vez. Entraron Özil, Khedira y Di María y se marcharon Callejón, Kaká y Arbeloa. Essien dejó entonces su lugar en el centro del campo a Khedira para ocupar el lateral derecho.

Mourinho metió un buen arsenal en el campo pero los maños mantuvieron muy bien el tipo. El partido se convirtió en un cuerpo a cuerpo, una situación que suele favorecer siempre al Madrid, pero en la que los de Jiménez, con un astuto Postiga, intimidaron más a Diego López que los madridistas a Roberto. Así murió el partido, con Ramos de delantero centro y poco más. Y con una oportunidad desaprovechada del Madrid de recortar la ventaja de 13 puntos del Barça. Y con un punto que sí vale y mucho para un Zaragoza que rema y rema por salir de la zona caliente de la tabla.

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