Rafa Nadal desmonta a Pablo Andújar
El jugador de Manacor vence con brillantez a Pablo Andújar (6-0/6-4) y jugará en Madrid su séptima final del curso frente al ganador del Wawrinka-Berdych
El único precedente de este partido se dio hace un par de años en Roland Garros, cuando el conquense puso en aprietos a Rafa en un partido ajustado pese a dirimirse en tres sets. Pertenecientes a la misma generación, la gran duda del partido residía en si la altura de Madrid igualaría las fuerzas entre dos jugadores separados por casi 110 puestos en el ranking.
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Pablo Andújar, en un momento dulce dentro de una temporada turbulenta, saltó a la pista algo timorato, poco acostumbrado a jugar a estas alturas de la semana ante casi 10.000 personas que no llegaron para llenar la pista central de la Caja Mágica. Nadal arrancó en cambio muy asentado, dominando los peloteos y no dando opción. En el primer juego ya rompió el saque de su rival.
El golpe de perder el primer servicio fue duro para un jugador que precisamente ha tenido ese gran talón de Aquiles en los últimos meses y que suele preferir empezar los partidos restando. El choque cogió velocidad de crucero a manos de Rafa Nadal y sin apenas sentirse el primer set se consumió con la gente aun buscando acomodo en la grada.
Un muy buen segundo set
Tan duro correctivo hizo espabilar a Andújar, que el día anterior se marcó como meta "disfrutar del partido" pero para ello debía al menos despedirse con buen sabor de boca. El pupilo de David Sánchez dio un par de pasos para adelante y fue más agresivo, eso le ayudó a desempolvar su casillero y empezar a dar guerra.
Frente a él, Nadal afrontaba su vigésimo segunda semifinal de un Masters1000 en polvo de ladrillo, invicto en las 21 anteriores. Un récord demasiado pesado para cualquier rival. El segundo parcial dejó momentos memorables, con peloteos variados, dejadas, globos de espaldas y algún 'willy'. El público vio un partido corto pero con puntos que bien valieron la entrada.
Hubo competición y brega. Andújar dispuso de dos pelotas de break con 3-2 que Nadal disipó con maestría. Navegaron equilibrados hasta el 4-4, la zona más complicada de los partidos. Y ahí Rafa sacó eso que tienen los números uno, ese don para lanzar ganadores en posturas impensables y romper el saque del rival cuando más se necesita.
Rafa Nadal, con evidentes molestias en la rodilla, jugará su séptima final del curso en siete torneos disputados. Un hito sólo al alcance de un deportista especial e incansable. "Es casi un sueño volver a jugar una final aquí" ha resumido al final del choque Nadal, su hambre de ganar no tiene fin.
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