El historiador israelí Ilan Pappé pide un estado para vivir en igualdad con los palestinos

El historiador israelí Ilan Pappé invita en Madrid a perder el miedo a reconocer que la solución de los dos estados para el conflicto por Palestina es un fracaso que no lleva a ningún sitio. Dice que después de 45 años de ocupación -y 65 de la Nakba-, los ciudadanos deberían sentarse en pié de igualdad a decidir juntos el futuro de su tierra.

Ilan Pappé estuvo el lunes en Madrid para dar una conferencia en Casa Árabe conmemorando los 65 años de la 'Nakba', el nombre dado por los palestinos al desastre que supuso para esa sociedad la autoproclamación de Israel como Estado en 1948. Pero vino a defender la tesis de que hay que perder el miedo a decir que la solución de los dos estados -Palestina e Israel- es errónea, porque parte de premisas falsas. Y las dos cosas están profundamente relacionadas.

Pappé, historiador y director del Centro Europeo de Estudios Palestinos en la Universidad de Exeter, dice que la solución de los dos estados no puede funcionar, porque ignora gran parte de lo que pasó en 1948. "Hemos perdido tiempo y energía en una solución que no era una solución, porque excluye a los refugiados, a los palestinos de Israel, y geográficamente al 80% de lo que era Palestina".

Ante un público entregado -Pappé ha escrito algunos de los estudios más reconocidos y polémicos sobre el conflicto por Palestina-, se deshace de la retórica habitual -"en realidad ya tenemos un sólo estado, porque Israel lo controla todo, ahora hace falta que todos los ciudadanos vivan juntos bajo el principio de igualdad"-.

Perteneciente al grupo de 'nuevos historiadores' israelíes -deudores de Benny Morris-, Pappé defiende en su obra que el movimiento sionista perpetró no sólo crímenes contra la humanidad en la guerra del 47-49, sino que fue más allá, como muestra el título de su obra más conocida, 'La limpieza étnica de Palestina' (Ed. Crítica, 2009). "Los palestinos están deseando dar la legitimidad a la presencia de los judios israelíes en su tierra, sólo piden que se reconozca lo que se les hizo [en el 48, con la 'Nakba'] y que se les deje de hacer lo que se les está haciendo". Pappé dice que el pragmatismo ha llevado a reconocer que cuando estamos ante la tercera generación de gente nacida en Israel, sería absurdo pensar que van a marcharse, y por eso hay que sentarse a decidir juntos sobre cómo compartir esa tierra.

Como activista político, dice que muchos de sus conciudadanos le consideran un traidor, "pagas un precio personal, es verdad, pero realmente bajo si lo comparas con sitios en los que se mata o encarcela a los disidentes, por eso me extraña que haya tan poca gente que se levante en Israel contra esto", dice. Él fue 'invitado' a dejar su plaza de profesor en la Universidad de Haifa en 2007, cuando se sumó a la campaña internacional de boicot académico a Israel. Defiende este tipo de campañas como la única manera de recordarles a sus conciudadanos que el mundo no acepta lo que se hace en su nombre.