El legado de Mourinho

El Madrid puso punto final a una temporada desastrosa -los dos partidos de Liga que aún restan molestan y mucho- con una noche trágica. Perdiendo una final en el Bernabéu. Era la Copa la última oportunidad que le quedaba a ese vestuario, convertido en un auténtico polvorín hace tiempo y un volcán en erupción tras la eliminación en 'Champions', para salvar la cara. Pero ni eso. Terminan los blancos la temporada sin nada que llevarse a la boca porque la Supercopa de España es un trofeo tan menor que ni Mourinho ha sacado pecho por ello

Esa final perdida de Copa pone fin a una era turbulenta de Mourinho en el Real Madrid. Florentino ha confirmado la salida de Mourinho del Real Madrid, aunque ambos llevan tiempo planificando su respectivos futuros por su cuenta. El anuncio del fichaje de Ancelotti, que ya ha dicho al PSG que se quiere marchar al Madrid, y la vuelta de Mourinho al Chelsea cinco años después de su marcha es cuestión de días.

Llega entonces el momento de hacer balance. De ver si Mourinho benefició al Madrid más en esta época de lo que le perjudicó. El portugués se marcha tres años después de su desembarco en Chamartín con un pobre bagaje de títulos, una Copa del Rey (2010/2011), una Liga (2011/2013) y una Supercopa de España (2012/2013) y con mucha polémica. El equipo blanco consiguió bajo las riendas del luso volver al bombo de los favoritos en la 'Champions League'. No llegó la Décima, esa ansiada Décima que lleva tiempo obsesionando en Chamartín pero después de seis años sin pasar de octavos los madridistas disputaron tres semifinales seguidas.

Consiguió también el Madrid con el portugués en el banquillo mirar de tú a tú a un Barcelona que se había convertido en su bestia negra. De los 17 Clásicos que ha disputado el Madrid en la era Mourinho el Barça ha ganado seis, el Madrid, cinco y hubo seis empates. Se han enfrentado en cuatro eliminatorias -una de 'Champions' que superó el Barça, dos Supercopas de España, la primera cayó del bando azulgrana y la segunda del madridista, y una de Copa en la que el Madrid salió victorioso. La única final que han disputado, la de la Copa del Rey de 2011, la ganaron los blancos.

Hasta aquí los datos, pero la época de Mourinho en el Madrid ha sido más, mucho más. Y la palabra que mejor la define es: polémica. El luso se enfrentó a todo y todos. Criticó a la Liga por sus horarios, que a su parecer favorecían al Barça y venían mal al Real Madrid. También atacó a los árbitros, tanto los españoles -es difícil de olvidar su lista de los 13 errores de Clos Gómez, el mismo que lo expulsó el viernes en la final de Copa- como los de los europeos -el inglés Howard Webb estuvo en su diana-. No se libró la UEFA con aquella famosa rueda de prensa de los "por qué". Guardiola, Manolo Preciado y Tito Vilanova fueron algunos colegas con los que tuvo sus más y sus menos.

Y ahí no termina su lista de enemigos. Es dentro del Real Madrid donde Mourinho ha tenido más problemas y más graves. Valdano, mano derecha de Florentino hasta entonces, se marchó del club por expreso deseo del portugués. También tuvo alguna represelia pública García Toril, el técnico del Real Madrid Castilla. Una mención aparte merece el vestuario, que esta temporada ha vivido en un ambiente envenenado desde el principio de campaña. Las filtraciones a la prensa de conversaciones en entrenamientos mosqueó al portugués hasta llegar a la obsesión. La fractura entre el técnico luso, que llegó a Madrid con la fama de ser venerado por sus hombres, con un sector amplio del vestuario se agrandó tanto hasta hacerse la situación insostenible. La tuvo Mourinho con Sergio Ramos, con Marcelo, con Pepe y hasta con Cristiano Ronaldo. Pero ha sido su pulso a Casillas, símbolo del madridismo en la última década, el más sonado. Su guerra con el portero ha dividido al Bernabéu, que en los últimos días ha decidido tomar parte por el capitán.

El luso ha tenido durante estos tres años defensores y detractores, dentro y fuera del Real Madrid, pero casi todos han llegado a la conclusión de que es mejor para todos que se marche ya. Sólo el tiempo dirá si el Madrid añora o no a Mourinho, como sí hacen sus anteriores clubes.

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