Al Khatib reitera que no habrá negociación en la cumbre de Ginebra si no se va Al Assad

El presidente interino de la Coalición Nacional Siria reitera en la SER que la solución política en su país sólo es posible si Al Assad deja el poder. Moaz Al Khatib dice, coincidiendo con el encuentro de dirigentes opositores reunidos en Madrid, que la reconciliación después de una guerra civil con más de 90.000 muertos es muy difícil.

Al Khatib, que dimitió la semana pasada como presidente del principal órgano opositor, acude a Madrid invitado, junto a otros 80 grupos, por el Partido Nacional para el Progreso, una formación recién creada dentro de Siria, que propugna una solución democrática sin necesidad de que previamente Al Assad abandone el poder. Algo que, por contra, Al Khatib mantiene como fundamental para que el órgano que todavía preside participe en cualquier solución política: "Nosotros no rechazamos una solución política, si ello incluye que el régimen se vaya". Aunque tras la entrevista de este fin de semana en el periódico argentino Clarín, concluye que "en su mente nada ha cambiado, va a seguir con su afán dictatorial hasta el final".

Este geólogo y antiguo imán de la Gran Mezquita de los Omeyas, en Damasco, dice que muchas noches le cuesta dormir cuando ve las imágenes que llegan de la barbarie en la guerra de su país (según la ONU, más de 90.000 muertos y un millón y medio de refugiados). Y por eso, cuando se habla de cualquier negociación, mantiene sus dudas de que pueda llegarse a un acuerdo por el que se amnistíen los crímenes, especialmente los cometidos por el ejército, porque "el perdón es asunto de las madres de las víctimas, de las familias de los detenidos, las mujeres violadas o los niños degollados", y eso no cree que su sociedad pueda olvidarlo fácilmente.

Esta reunión de Madrid, de la que debe salir un comunicado conjunto, sirve como preparación para la cumbre, sin fecha todavía, que rusos y estadounidenses están negociando y que se hará en la ciudad suiza de Ginebra. Pero hay dos grandes ausentes: el propio régimen, inmerso en una campaña de reconquista de zonas controladas por las milicias opositoras, y el emergente poder bélico sobre el terreno, facciones más o menos identificadas con interpretaciones extremas del islamismo político, como Yabhat Al Nusra (salafíes).