Campaña por el cierre de la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo
Mantener esta sede cuesta 180 millones de euros al año
Se le conoce como "el ciclista" porque ha recorrido la mitad del continente europeo en bicicleta. Este europarlamentario checo de 42 años se ha convertido en el líder de una iniciativa que pretende cerrar las puertas de la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
El vídeo 'Just one second' de Edvard Kozusnik, retrata en 365 segundos la frenética vida de un europarlamentario durante un año. Con este vídeo, que ya han visto casi 80.000 personas, Kozusnik pretende despertar el interés de los europeos y cuestionar la necesidad de que el Parlamento Europeo divida sus funciones entre dos sedes: Estrasburgo y Bruselas.
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El 88% de los eurodiputados ya votó en noviembre de 2011 a favor de una enmienda que defendía la opción de una sola sede. Pero la rotunda negativa de Francia, que tiene derecho a veto, terminó bloqueando el proceso. Los motivos que alega el presidente Hollande son simbólicos e históricos, pero Kozusnik defiende que, además, se esconden detrás de este rechazo motivos electorales y económicos "porque la semana en la que toca sesión plenaria en Estrasburgo, los hoteles de la ciudad pueden llegar a doblar el precio de las habitaciones en las que tienen que alojarse entre 12.000 y 15.000 personas".
A la ciudad francesa de Estrasburgo la separan 409 kilómetros de la capital de Europa, Bruselas. Los europarlamentarios se reúnen tres semanas al mes en Bruselas y solo una en Estrasburgo: una semana que le cuesta al contribuyente europeo 180 millones de euros al año "con los que se costean los viajes entre ambas ciudades de los 765 diputados, cientos de intérpretes, el resto del personal y toda la documentación parlamentaria", explica Pablo Arias, del Partido Popular Europeo, que apoya a su colega checo en esta iniciativa. Además, la sede parlamentaria de Estrasburgo permanece cerrada 317 días al año, "si bien se pagan religiosamente los gastos de calefacción, aire acondicionado e iluminación los 365 días del año".
"No se trata de ir en contra de Estrasburgo sino de llamar la atención sobre el hecho de que el perjudicado es el contribuyente europeo", explica Arias. "El Parlamento Europeo era un símbolo positivo de la Unión Europea pero hoy se está convirtiendo en algo totalmente negativo. La fórmula de las dos sedes es insostenible y más en este contexto de crisis económica". Pero cerrar Estrasburgo no es fácil: la fórmula de la doble sede está recogida en los tratados europeos y "cambiar un tratado europeo es más difícil que lograr la unión bancaria", explica el eurodiputado español.
Kozusnik ha enviado cartas a los dirigentes de todos los países de la Unión Europea, pero la mayoría (también España) le responden que comprenden el problema pero que las prioridades son otras en estos momentos. La única respuesta abiertamente positiva, explica, ha sido la del primer ministro británico David Cameron. Algunos países como Dinamarca y Rumanía ni siquiera han contestado a su propuesta.
Los euroescépticos encuentran en este tipo de planteamientos el argumento perfecto para sustentar la tesis de la mala administración de fondos públicos por parte de las instituciones europeas. El próximo año se celebran elecciones al Parlamento Europeo y Kozusnik espera que los europeos comprendan para entonces que cerrar las puertas de Estrasburgo es lo más sensato en un momento en el que Europa lleva por bandera la austeridad.
Lleva varios meses recorriendo las capitales europeas para presentar su campaña S1NGLE SEAT, que se puede seguir a través de Twitter en @singleseateu