El 'tamayazo': el día de la infamia

Madrid

En los anales de la historia política de este país figura como la crisis institucional en la Comunidad de Madrid. Para los madrileños es, simplemente, el tamayazo.

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Estalló en la mañana del 10 de junio de 2003, dos semanas después de las elecciones autonómicas. La matemática es fácil: el PSOE e IU sumaban juntos 56 diputados. El PP tenía 55. Pero al ir a votar, el PSOE se dió cuenta de que le faltaban dos.

La diputada Helena Almazán solicitó a la presidencia un aplazamiento de la votación y Esperanza Aguirre protestó: "Señor presidente, no conocemos precedentes de que se suspenda una votación porque no estén los diputados. Por tanto, debe continuarse con el guión previsto". Diez minutos después, y ante el estupor del hemiciclo, la invitación a votar para Eduardo Tamayo Barrena y María Teresa Saez Laguna solo fue respondida con el silencio.

El abandono de los dos diputados tránsfugas dió la presidencia al PP y desencadenó la más grave crisis institucional en la historia de la Comunidad de Madrid. La cadena SER localizó a Eduardo Tamayo en un taxi, camino de un lugar indeterminado. "Tenemos que cumplir compromisos con los medios"-dijo-. Tamayo habló de desencuentros internos, de su oposición a que el PSOE pactara un programa de gobierno con Izquierda Unida. Pero día a día los medios de comunicación fueron descubriendo mucho más: los intereses inmobiliarios de dos constructores, sus visitas a la sede del PP de Madrid, su relación con los tránsfugas. La actuación de Tamayo y Sáez llevó a la creación de una Comisión de Investigación, que terminó sin demostrar las supuestas connivencias de unos y otros. El TSJ de Madrid desestimó todas las demandas. Las iniciativas de la fiscalía anticorrupción quedaron en agua de borrajas. Ante la imposibilidad de formar gobierno dos meses después del tamayazo quedó disuelto el Parlamento madrileño y unas nuevas elecciones catapultaron a Esperanza Aguirre a la mayoría absoluta.